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  • Catalina Arzani

Como era sonámbula también babeaba sillones


A Félix le gustan las piedras que se rayan entre sí. “¿Cómo que se rayan?” la pregunto. “Sí, podés escribir y hacer rayas con una piedra gris sobre otra negra. Así, mira”

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Hace unos días vi en la Serpentine Sackler la muestra de Arthur Jafa y dos semanas antes vi la de Grayson Perry en la otra Serpentine pensando que me iba a encontrar con la de Jafa. Me di cuenta de esto a los 5 segundos que entré y vi el retrato de Perry con peluca en tamaño humano. Humano con esteroides.

“Light was made to bring joy” (la luz fue hecha para traer alegría) es lo primero que escucho en los auriculares que me dan apenas entro a la muestra de Jafa. Tema aparte (como una posdata ansiosa y unos paréntesis hormonales) el que me da los auriculares me mira directo a la cara. En realidad yo lo miro muy directo a él. En realidad los dos medio que nos miramos y unimos nuestra visión como lásers disparados a cada pupila. Cada ojo con su correspondiente ojo.

Me pregunta si quiero -- - - ----- --- - que si los quiero - - ----si lo quiero------- - - - - --a los auriculares que tiene en su mano. Con la misma intermitencia que el dibujo de Félix.

Pincho con mis uñas las partículas de oxígeno y dióxido de carbono que respiramos uno del otro como lo hacen los asmáticos en esas bolsas papel madera pero que acá se da por la cercanía de nuestras caras. No sabemos bien cómo llegamos a esta distancia entre cara y cara, sólo un físico con especialización en imanología podría explicarlo. El único roce es el de nuestras manos cuando me da el auricular en cámara lenta. Instante posteriori, en los auriculares escucho “Sick of love” (cansado del amor). Cierro los ojos a modo de superación mental, levanto el mentón, tiro la cabeza hacia atrás, me muerdo el labio inferior y niego con un meneo de cabeza hacia un lado y hacia el otro.

Minutos después aparece en la misma pantalla un video casero de Jafa con sus hijos. Juegan a peleas verbales y físicas entre peluches. Jafa elige a Bambi como su avatar. Dice que Bambi quiere matar a alguien, usa la palabra nigga cada 2x3 y repite “I’m the great Bambi”(soy el gran Bambi). Nunca vi esa película, la del ciervo. Dicen que se llora con lágrimas porque es de las que amputan a los niños de sus padres como el %99.7 de las películas de Disney. “Gonna cut your legs off” (te voy a arrancar las piernas) le dice el Bambi (Jafa) al Pony (su hijo).

Walt Disney nunca me sacó agua del lagrimal. Solo agua de la boca: muchas veces me quedaba dormida y babeaba toda la almohada. A la hora y media me despertaba del charco que mojaba mi cara y daba vuelta la almohada para seguir con el sueño ininterrumpidamente.

Como era sonámbula, también babeaba sillones.

En la tienda de la Serpentine agarro la edición 38 de Arty que trata solo de orejas. Poemas. Obras. Fotos. Textos. De orejas. Me toco mi oreja con la mano izquierda para deducir qué forma tiene (hacelo vos también mientras lee esto. mano izquierda oreja izquierda). Voy a la caja y le pregunto al vendedor “¿alguna vez viste una piedra rayar otra piedra?”. Él responde que no. Saco de mi bolsillo las que me dio Félix como Houdini sacaría a los padres de Bambi de su galera, y se las doy a modo de ofrenda para dejarle en claro mi deseabilidad por la revista porque plata no tengo y porque parece buena onda. Él, a cambio me regala una sonrisa y la revista (bueno, en realidad es un trueque, acá nadie regala nada) y me pide un autógrafo. Lo último es porque compré un lápiz a 0.90 que pagué con tarjeta de crédito.

Como a Félix le daba vergüenza decir gracias cuando le di un sándwich de paté que tenía en el bolsillo, me dijo algo como “GRaciusS - -s-- -- -s ----------- - - S- --- - s- -s” con la S sostenida. Le dije que se decía Graciela. Se rió y respondió que no, que así se llama su tía abuela.

Me pregunto cómo es que sabe la ubicación genealógica de una tía abuela. Cuando yo era chica no pensaba en los abuelos como seres que también tienen y son hermanos. Es que hermanos eran los míos, con los que jugábamos y peleábamos por el lugar de adelante en el auto y por el último pedazo de chocolate repostero marca águila. Mentira, las barras de ese chocolate duro como piedra eran solo una adicción mía y fueron de gran ayuda para el recambio de dientes de leche.

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