Pa k kieres saber eso?

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Un simpático dibujo de un mono frente a un laberinto sin salida es el símbolo que representa de forma esquemática la premisa fundamental de la muestra de Martín Legón titulada Nuevos pensamientos imbéciles.

Desde Darwin, los monos tienen el particular privilegio de ser considerados nuestros ancestros en la línea evolutiva del tiempo y eso no es poca cosa si tenemos en cuenta que con aquella designación pusieron en peligro uno de los relatos más grandes de la humanidad –el cristianismo-.

Es realmente paradójico que ese animal tan simpático, torpe y peludo haga tambalear algo tan solemne como la historia que dice que fuimos creados por un ser superior al que llamamos Dios.

Pero la verdad es que los monos no tuvieron que juntarse entre ellos para ir a tocarle la puerta del cielo al “Rey del universo” y desplazarlo de su lugar, sólo se trató del poder de la retórica.

Quizás los que desean “cambiar el mundo” puedan encontrar en esto una buena fuente de inspiración que los ayude a construir una nueva concepción de la historia. Eso es lo que están tratando de hacer hoy algunas de las “personas” que se autodenominan “aceleracionistas”.

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La historia es una serie de callejones sin salida en los que deambulamos hasta encontrar la muerte. Hay una frase popular que el mundo detesta e ignora constantemente: “para que vas a hacer algo si igual te vas a morir”. Esas palabras podrían ser entendidas de una mejor manera y nos ayudarían a llevar una buena vida. Por lo menos es un paquete de lenguaje que cuestiona de una forma radical nuestra costumbre de hacer cosas.

Para qué bañarnos si nos vamos a ensuciar, para qué peinarnos si nos vamos a despeinar, para qué votar si vamos a perder, para qué trabajar si nos vamos a morir. Esa frase hoy tiene una nueva versión contemporánea -2.0- que dice más o menos lo mismo pero con una sutil diferencia: hace especial hincapié en nuestras defectuosas habilidades cognitivas.

Esta reversión actualizada surgió como una respuesta a la pregunta de un usuario inocente de yahoo que decía: “Anteriormente pregunté sobre algún libro para entender el nihilismo me respondieron que Nietzsche ya baje todas sus obras¿¿pero cual me ayudaría más a entenderlo??”.

Hubo un gran poeta que parece haber encontrado las palabras exactas para responder a esa pregunta que gracias al copy-paste han llegado a ser mundialmente famosas, como cualquier canción de música pop que se pone de moda. “pa k kieres saber eso jaja saludos” son esas palabras que hoy casi todos conocen y tienen a la mano para llenar cualquier vacío existencial apretando dos teclas. De manera similar, pero con una gracia superior, las obras de esta muestra nos interpelan a los seres humanos burlándose "sutilmente" de su arrogancia.

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A Legón se lo ve pasearse serenamente por el mundo a pesar de emanar una gran aversión por la especie humana. Eso, lejos de ser algo peyorativo es uno de los más grandes elogios. Pero considerando mi lamentable condición humana, en el fondo puede ser que suene bastante banal. Emil Cioran fue alguien que supo interpretar todo esto muy bien y pudo encontrar un poco de tranquilidad en la posibilidad del suicidio.

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Lo importante, si es que hay algo importante, tal vez sea disponerse a escuchar el idioma con el que nos hablan los objetos reunidos en ese particular diseño espacial que parece haber transformado la galería en un gran estacionamiento. Eso nos recuerda que posiblemente uno de los negocios más aberrantes después de poner una galería de arte contemporáneo en La Boca sea la compra de cocheras como inversión.

Pero este estacionamiento está muy lejos de ser una inversión que piense en el futuro y en el progreso de una buena manera, sino todo lo contrario. La muestra es algo más parecido a una representación visual de las tesis de la filosofía de la historia de Walter Benjamín.

En la obra de ese autor aparecen imágenes realmente extrañas como ángeles y robots manejados por enanos jorobados que interpretan cosas como el marxismo, la cultura o la religión. Como todo escritor que intenta cuestionar lo que entendemos por progreso Benjamín tuvo que pelearse con las ideas dominantes sobre la historia proponiendo una teoría que habla de forma particular sobre el tiempo y el espacio.

Algo similar hace Legón, que parece haber encontrado a su Angelus Novus en las esculturas de Leticia Cossettini que muestran sus alas de chala desplegadas. Debe ser algo realmente hermoso estar frente a una de esas esculturas y sentir su mirada posarse sobre nuestros cuerpos alimentados excesivamente con transgénicos.

El proyecto educativo realizado junto a su hermana también aparece representado en la exhibición. Ellas crearon una escuela que proponía reemplazar el castigo por la estimulación de los deseos de los alumnos y persiguiendo ese fin realizaron un gran número de estudios biológicos y experimentos psicológicos que permitieron lograr una mejor comprensión de la personalidad individual de los niños. Esto es algo que realmente le podría resultar muy interesante a gente como Milton Friedman o Friedrich Hayek.

“No pasará mucho tiempo hasta que las personas se convenzan de que la solución está en despojar a la autoridad de sus poderes en el ámbito de la educación”, esas palabras que en realidad podrían ser de las hermanas Cossettini o de Jacques Rancière en realidad fueron dichas por Hayek.

Por otra parte, la eliminación de las barreras espaciotemporales de las aulas de los colegios parece una metodología bastante útil para educar a las personas que hoy desarrollan trabajos más “abstractos” con un régimen de 24/7 que nos hace dudar si la “emancipación” en realidad no se trata de una esclavización absoluta, o incluso algo peor: una estrategia de la meritocracia bastante funcional a los intereses materiales e ideológicos dominantes que cantan con optimismo “sí se puede! Sí se puede!”

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Los traseros, un género tan popular en el arte como los paisajes o la naturaleza muerta, poseen un capítulo en esta historia. Con mucha elegancia Legón utiliza la censura de una forma poética para crear un video que revela el carácter monstruoso de esa masa deforme de materia humana acumulada.

Algo que fue utilizado tantas veces para hacer cosas terribles y con poca imaginación también puede ser usado de una manera creativa para lograr una forma bella.

Esa obra puede ayudarnos a pensar cómo superar nuestros problemas políticos o sociales que conocemos con el nombre de "la grieta" y que casualmente parecen hacer referencia al protagonista censurado del video.

Ahí donde vemos a la política y a la sociedad está la estética. Esa es la filosofía primera. Si creemos que nuestros problemas son solamente políticos o sociales no sólo estamos equivocados sino que estamos viendo las cosas desde una perspectiva bastante fea.

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Legón parece haber entrado en otra de las modas popularizadas por las redes sociales que hemos transformado en una de las formas más utilizadas para comunicarnos. No estoy hablando de los stickers de elefantes y pajaritos que aparecen como memes pegados sobre diferentes superficies rectangulares, estoy hablando de la serie de "selfies" que muestran al artista retratado junto con los muñecos de cera que representan a las personas que moldearon la visión dominante del mundo. Algo parecido a lo que hicieron los iraníes con el cuerpo muerto de Sadam Husein o los rebeldes libios con Gadafi.

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Es muy triste la utilización que hacemos de la tecnología. Es algo que no está ayudando mucho a quienes no son hombres, blancos y ricos. La hoja impresa que muestra un mensaje de texto enviado por un detenido a su mamá para pedirle ayuda antes de que la policía lo mate es un documento de esto. Si lo mejor que podemos hacer con la tecnología es sacar nuevas versiones de los mismos productos con pequeñas modificaciones parece que no va a alcanzar para cambiar el mundo.

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Es realmente muy linda la colección de papelitos garabateados con trazos que no tienen ningún otro sentido que definir la compra de un producto emblemático del neoliberalismo: los marcadores -también hay rastros de birome, un útil aberrante creado en Argentina que muestra bastante bien nuestra particular interpretación de esa ideología.-

Esas muestras no prueban que los marcadores funcionan bien, sino que nosotros andamos mal. Sin saberlo, las personas que dejaron su trazo dibujado sobre los papeles no sólo estaban probando sus marcadores, estaban dando forma a la materia de una obra de arte contemporáneo.

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Quizás este texto tendría que haber terminado acá -o no haber comenzado nunca-, pero hay algo de esa hermosa muestra que me genera un poco de nauseas: Henry Thoreau. Alguien con tantas ganas de encontrar el sentido de la vida realmente se merece un “pa k kieres saber eso jaja saludos.”

Es verdad que la cita que dice “todas las fábulas tienen su moraleja, pero los inocentes disfrutan con la historia” parece estar hablando bastante bien de la posverdad y queda muy linda ploteada en el panel central de la exhibición. Pero mi punk interior no puede olvidar que antes de esa frase Thoreau se encargó de dar un consejo bastante malo: “No seas sólo bueno: sé bueno para algo”. Esas palabras que bien podrían ser de Horacio Rodríguez Larreta o de María Eugenia Vidal son una gran mentira y cualquier milenial que haya escuchado las canciones de Ricky Espinosa puede darse cuenta que existe una tercera vía, que no sé si es mejor pero es mucho más hermosa.

No seas solo bueno, tampoco bueno para algo, no seas bueno para nada. Esa es una buena forma de resumir la diferencia que sigue manteniendo viva la enemistad, que ya lleva varias décadas, entre los hippies que tienen ganas de ser buenos para algo y los punks.

Henry Thoreau es idolatrado por los anarcocapitalistas, casi tanto como Hayek. Ellos parecen haber aceptado todo su protohippismo por ser el autor de frases muy ocurrentes para argumentar en contra del Estado.

Pero todo esto tiene una vuelta interesante. Hay una fábula que dice que Henry Thoreau en realidad fue un zorro y que toda su historia se trató de una gran mentira. Ese relato cuenta que él no construyó con sus propias manos la casa del bosque en la que decidió instalarse para vivir de forma “autosustentable” y no quedaba tan lejos de la civilización como nos hizo creer. También cuentan que en realidad disfrutó mucho de ser visitado por sus amigos y de comer la comida casera que le preparaba su mamá después de lavarle la ropa.