Yo también nací en 1990
Franco Mehlhose hizo una muestra para la inauguración del nuevo espacio de Fernanda Laguna, “El universo”: lugar ínfimo del tamaño de una cochera, el local da a la calle, se levanta una persiana de metal oxidada y ahí entrás a El Universo, donde los sillones copan la vereda y las personas se sientan a tomar sus bebidas, que compraron en el supermercado de la vuelta y que a su vez refrigeran en la heladera pequeña que está dentro del local. En El Universo hay estantes que contienen tesoros, dan ganas de mirar todo, la iluminación se transforma en fiesta y los colores de los objetos cambian con esa luz. Hay un sillón en el medio de la entrada, muchos pensarían que está en el medio del paso y que es una mala decisión estética el lugar que ocupa. Pero no, no es así. Ese sillón cumple el propósito de cubrir un fierro que podría cortar los pies de los espectadores, artistas o amigos que van a visitar la muestra. Es un sillón que te protege.
Las obras exhibidas son tres serigrafías realizadas sobre papel con lápices de labios, están montadas en paneles de mimbre y sujetadas con imanes. La muestra fue curada por Santiago Villanueva y las serigrafías están hechas con el método serigrafíco clásico, pero en vez de usar tinta serigrafíca, Franco utiliza lápices de labios para generar planos con colores, figuras abstractas o figurativas, moños, frases o bananas que se desenfundan de una cascara de seda. Los colores que configuran las obras están en la gama de los cálidos: rosas, lilas, violetas rojos, etc.
¿Importa lo anecdótico? En esta ocasión creo que sí: es la muestra de Franco, un chico que conocí en el año 2007 cuando teníamos diecisiete los dos. Nos nos conocimos en Mar del Plata en los torneos bonaerense. Habíamos llegado a la final en pintura mural. Viajamos para representar nuestros respectivos pueblos. (Ranelagh, yo; Franco, Laprida.)
Al año siguiente nos volvimos a encontrar. Empezamos la misma carrera: Artes visuales en la Universidad Nacional de La Plata, Facultad de Bellas Artes.
Nos vimos crecer, y ahora que ya han pasado diez años con exactitud desde que nos conocimos puedo hablar de su recorrido porque lo vi construirse.
Desde sus comienzos Franco conforma el colectivo artístico Felina Super Heroína, con el que tuvieron un local en La Plata y realizaron varias muestras y fiestas.
Después de eso trabajó en Mirabosque, su taller en La Plata en el cual desarrolla su marca de ropa “Spirit Hard Fun”, colecciones de prendas, accesorios únicos y limitados. Y allí también hace sus serigrafías, esculturas y pinturas. ¿Otra cosa que hizo? Dar talleres en Belleza y Felicidad Fiorito realizando estampas para el festival “Soñar Soñar”.
Actualmente Franco está por dar un taller en el Museo de Arte Moderno junto a Martha de La Gente en el marco de la exposición de Liliana Maresca; el taller va a explorar la fusión de materiales perfilado a la construcciones de esculturas y accesorios cyborgs. Me encanta hacerle publicidad a todo lo que hace Franco.
Pero veces me pregunto por la pulsión del artista, en general, a la hora de crear, de construir un recorrido o simplemente hacer. ¿Qué lo moviliza? ¿Espera algo? ¿Es consciente de sus producciones? y más preguntas de ese tipo en mi mente y entre un montón de no sé, no sé… Pero quería decir que Franco Mehlhose es inquieto, ingenioso, tiene pulsión y pasión a la hora de producir; tiene deseo y a su vez lo busca, pero sobre todas las cosas sueña, sueña, sueña y eso lo pone en una nube que lo pone en movimiento; la nube del deseo que lo hace viajar y avanzar.