Poeta camaleónico
Si estamos separados es el nuevo volumen de poemas de Francisco Garamona publicado por la editorial TRIANA. Un libro de poemas, donde las palabras y las imágenes se desencadenan por el brillo del encanto de los paisajes y las sensaciones, siempre vistas y visitadas con ojos nuevos.
¿La poesía se renueva cuando se puede cambiar de estilo? Yo creo que sí, porque en Si estamos separados nos encontramos con una poesía diferente, como si la hubiera escrito otro Garamona, no el Garamona de libros anteriores; ya en Odio la poesía objetivista se notaba un cambio radical en su modo de escribir, y era notorio en sus torrentes de imágenes que fluían en cascada, en esos poemas que fueron dictados por teléfono a diferentes amigxs que él llamaba, como buscando hacer poesía con la propia oralidad de sus ocurrencias, sin recurrir a la famosa inspiración. Así él comienza a descubrir una nueva forma de escribir en la que siguió indagando para vivir en modo poesía.
Sus palabras abren portales a otras formas de comunicar, como si fueran un meta lenguaje que es para ver, un código para descifrar el mundo. Como dice en uno de los poemas de este libro:
…“Un polvo mágico que flota en el aire sobre nosotros / que hace que el palo de una escoba sea genial / que transforma las cosas de la realidad. / Yo ahora estoy en mi casa / mientras hablo por teléfono / y me siento en una carcel VIP.”…
Poder ver eso, lo que flota, lo que está en una escoba, poder abrir un nuevo universo, porque eso hace la poesía de Garamona, donde las estatuas cobran vida y los esqueletos son traslucidos y frágiles como piedras preciosas, las camisas flotan en los cuerpos de las chicas más lindas de la ciudad y con los rápidos trazos con que configura esas imágenes, como si fuera un pintor tomando apuntes con su mano alzada, muestra lo evocador y mágico de sus escenas, las formas que la configuran, para realizar finalmente una pintura en el aire, donde los caballos relinchan salvajes, o las paredes se tiñen de colores pardos y el deseo y la fantasía relucen igual que un tesoro en el fondo del mar…
Y en esa fantasía y universo paralelo que existe en sus poemas, en los que ya no se puede distinguir cuan paralelos son, porque en realidad son parte de un todo, de una vida que siente y que vive inmersa en poemas, como los dioses que tomaban Hidromiel para hablar en poesía.
También están las imágenes tristes que forman una estructura que sostiene uno de los espíritus del libro, ya no todo es un arcoiris o un corazón doble y luminoso o una huida psicodélica:
“Después me levanté / puse agua en el fuego / y tomamos tristes un café. / Somos como dos perros / que no tienen dueño / y que andan por las plazas / esperando algo nuevo”.
Y la esperanza, como si las batallas del amor nunca hubiesen existido:
…“Tenemos vida y tiempo por delante / para hacer lo que queramos. / Ver incendiarse un tronco y con su ceniza / dibujar puentes sobre los que pasar / para ir de de unos a otros / y volver a casa a darnos un baño / llenos de alegría por haber estados juntos”…
Garamona, después de más de 15 años de publicar libros geniales en gran cantidad de editoriales, en Si estamos separados, suelta aún más su forma de escribir, describir y descubrir, que puede crecer un brote nuevo en un árbol derribado del que sacar una rama con la que “trazar una estrella en el camino de tierra”.
¿Que difícil seguir cambiando de estilo después de tantos años, no? Garamona una vez dijo en un reportaje que a él le gusta escribir desde los bordes. Y a mí me parece que pensar así en la escritura es como confeccionar un mapa para llegar al corazón de las cosas.
Como una persona fuerte y sin temor dice en el poema “Valiente”: …“Despedirse es ser valiente / es recomenzar mirando / las colmenas, las torres / y todo lo que siguen las nubes en el cielo”. Una de las grandes ideas que movilizaron las vanguardias de todas las épocas y que ademas es casi su único propósito y un poco su superstición: es la búsqueda de ser diferente y nuevo siempre. Garamona una vez más lo ha conseguido.