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  • Emmanuel Franco

Kuitca: el jardinero del arte


Les Visitants es una oportunidad para perderse en una torre de babel diseñada con los parámetros de lo que se entiende como arte hoy en día, correctamente multicultural y en sintonía con los nuevos medios de producción y circulación de las obras de arte. Un espacio para la desolación, dificultad e incertidumbre. Una oportunidad para que un artista consagrado pueda mutar en un sórdido jardinero y llenar un espacio institucional con obras de arte, como si fueran plantas carnívoras. Guillermo Kuitca le rindió culto a su capricho y a su ojo con dientes, el que supo descubrir la seducción en los mapas y lo monstruoso en una escenografía.

La extensa conversación acerca de la naturaleza del arte contemporáneo aparece en Les Visitants. En vez de palabras se manifiesta en ojos proyectados sobre unas esferas de Tony Ourslers o en las imágenes de Nan Goldin retratando las pequeñas grietas de la sexualidad. Abundan las fotografías, otra forma de apuñalar al mundo y recortarlo con placer. El camino es áspero e implica un gasto de energía, cada obra pareciera ser un objeto cargado de ansiedad donde las dudas y el desconcierto se mezclan en un edificio que tiene mucho de laberinto o edificio soviético. Kuitca ha mutado en un jardinero del arte, podando cada hoja de significado que se desprende de las imágenes y conteniendo su materia prima en las salas del Centro Cultural Nestor Kirchner. Como una estela de perfume, la condición humana y su relato melancólico se extiende entre las personas que observan una calle japonesa en blanco y negro. El jardín de obras no responde a ningún tema específico, por esta razón la exhibición es libre y el espectador suele perderse con eficacia. Este no se encuentra a merced del objetivo literal que proponen los ejes o las temáticas, estrategias curatoriales un tanto esotéricas y no siempre necesarias. Su intuición es la única brújula capaz de guiarlo.

Las exhibiciones son lugares llenos de hostilidad y peligros. Hay trampas en cada pasillo, en cada oración de un texto de sala, y especialmente en las mismas obras que esperan de nosotros la ficción del entendimiento. Los espectadores son presa fácil de las imágenes y no consiguen descifrar intenciones. Otra posibilidad es que los incautos caigan rendidos ante las explicaciones que ofrece un guía de sala o una nota en el diario, la trampa siempre está por dentro y por fuera. Una exhibición no puede matar pero si dejar un eco malicioso en la retina y en la mente de quien la recorre. Les Visitants, la exhibición que reúne obras de la Fondation Cartier Pour l´ Art Contemporain, es un lugar al que se debe llegar preparado.

Imagen: Adriana Varejao, Linda de Tapa.

Les Visitants: Guillermo Kuitca y la colección de la Fondation Cartier, en el Centro Cultural Néstor Kirchner.

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