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  • Anto Agesta

Mini Mundos


Sobre la exhibición Los Viajes de Manuel Aja Espil en Galería Grasa. 2020.

Al ingresar, se ve una luna de día, que me hizo recordar a una Luna de Sol, que son preciosas y escasas de ver, ya que los ciclos lunares son respetuosos y no se someten al cambio. Siguen un ritmo y cada mes, aparecen y desaparecen, aunque su presencia, es constante.


Marca el pasó del tiempo, y algunes dicen que las emociones de las personas.


Ella nos está hablando de una pintura presente, que está viviendo su día, a punto de irse en un amanecer, o acontecer en un anochecer.


Por otro lado, aparece la temática de la pintura monumental, asociado a reconstruir un momento dónde se relataban acontecimientos, pero también, guerras sangrientas cubiertas de velos de heroicidad. De todas maneras, este no es el caso, se trata de un viajero un tanto despojado que está transitando un momento dónde la luz es clave. Capturar el momento donde la luna aparece y desaparece en simultaneo, es curioso, ya que la Luna nunca puede ser fotografiada de una manera fiel.


Por más que las imágenes se vuelvan narrativas, en las unas con las otras.


Aparecen paisajes desolados de humanos, nuevas plantas que se asoman. Quiero que sea el nuevo mundo, el mundo no–humano. Dónde ahora somos una esencia observadora que nos hace Lunas. Tenemos la capacidad de ir y venir, de no ser un estanque.


Aquí se transforma, porque no hay nada que el devenir no deje estancando; la miniatura que trae aparejada la tranquilidad del hogar, de poder trabajar sobre una mesa de escritorio, cerca de la cocina, de la estufa y de los gatos. Ese sentimiento del achicamiento, pero también de la aprehensión del hogar.


El control sobre la pintura, sobre las emociones, y el poder decir “ahora cambio de perspectiva”. Queda el recuerdo de lo que fue una pintura monumental, como una huella.


Así poder pensar en que aún existen mini mundos contenidos de emociones.


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