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  • Agustina Leal

Existir no duele, amar sí


¿Puede el amor diluir el aire en agua? Candela Benetti conoció a Dios bajo una forma humana. Y Dios le dio la tranquilidad y el poder de la sumisión. A Dios, Candela decidió amarlo incondicionalmente, estuviera presente o no. Quizás el amor no tenga límites. ‘Amor envenenado’ (Socios fundadores, 2017) es un libro donde el amor vence, donde los malos pueden ser los buenos, donde los autores son ella y son todos.

Me acuerdo cuando estudiaba astrología y estábamos en la clase de la Luna en Casa XII. El profesor hablaba sobre los vínculos dependientes, maternos, sobre aprender a poner límites. Una mujer dió su ejemplo: una bruja le dijo que iba a tener más de treinta hijos, a pesar de que ella no pudiera concebirlos. Mucho tiempo después, cuando trabajaba como maestra jardinera, comprendió la profecía. Los hijos, los bebés, las madres, el amor incondicional es el karma de esta Luna. Dicen que simbólicamente poseemos cientos de cantidades de aquellos planetas que tenemos en Casa XII. Como para regalarle uno a todxs lxs que nos rodean, y aún así cuesta reconocerlo en nosotrxs mismxs. Luna en XII: un día ser madre de muchxs, otro ser hija de todxs. Es una niña adulta que nunca deja de buscar y en el camino entenderá para qué (o por qué) estamos en el lugar que nos tocó estar. Pienso qué difícil es dar tanto. Dar clases, dar abrazos, dar bendiciones, dar instrucciones, dar amor hasta envenenarse. Existir no duele, amar sí.

Aunque nunca resultaría (porque extrañaría a sus amigos) una escapatoria posible a para el Sol en Acuario a la Luna, podría ser el abandono: caer enferma para eludir presiones sociales, volver al estado de dependiencia, silla de ruedas. La Luna en XII es humilde y Géminis divide los contenidos, secciona lo que siente: tristeza sí, exposición no. Regula las emociones y las transforma en palabras, necesita explicar cuanto se pueda, quizás con una lista de instrucciones para vivir.

Una acuariana es hermosa por su singularidad pero está condenada a ser diferente. Candela, más que inadaptada, está sobreadaptada a su profesión, la enseñanza primaria, y a sus colegas maestros. Reniega de su vocación pero Cáncer llega por destino a inundar con lazos de amor al desapegado Acuario, que huye de la tradición. ¿Quién más podría pensar en las familias o en la religión de los que aparecen en la tele? Como si la frialdad generara cercanía. Sentir empatía es una forma de atraer lo lejano, acercarlo. Cáncer es sentirse en comunidad. "Hice un ejercicio para despedirme de la timidez y no pude, porque me di cuenta que la timidez es un sentimiento noble." Para combatir la timidez hay que abrazarla, amarla como al prójimo. Ser diferente devela tiernamente las diferencias de los demás y en ese conjunto Candela sabe que una gran comunidad sobrevive.

La pulsión magnética que provocan Marte y Plutón al encontrarse en oposición es agua estancada, un deseo peso-pesado que pide cumplirse pero no llega a ningún lado, frena cada cinco minutos para descansar. Venus en Acuario lo resuelve como un hada sin prejuicios, parece haber encontrado la solución perfecta para la T Cuadrada: la prostitución. "Necesito una alternativa al sexo, al cariño y al dinero que puede ser tranquilamente la prostitución. No me salen las matemáticas: prostitución. No me importan los recitales internacionales: prostitución. Todas las conversaciones me aburren: prostitución." Antes de sufrir, mejor tener amigos. La sensación rara en el cuerpo de la casa VIII la lleva a pensar en brujerías para disfrutar el sexo: insectos, placer y muerte. "Tengo mucho para dar." Quiere salir y se pelea con ella misma. Siempre que sale destroza. En la oscuridad, Acuario sigue siendo diferente. Ve tranquilamente un final fatal y lo acepta, pero antes llega a hacer un último pedido: que la entierren en el patio de la casa junto a Scotty y que cierren sus cuentas de Internet para evitar malos entendidos.

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