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  • Greta García

Complot contra la especie humana




El Bull market ya comenzó. No hace falta escuchar los informes de consultoras como Asset Management para darse cuenta que Argentina, a pesar de todas las dificultades, está creciendo. La gente quiere salir a comer afuera, irse de vacaciones por el país y comprarse ropa nueva por supuesto. Después de dos años de estar encerradxs en casa unx se quiere poner lindx y tener encuentros sociales para volver a ver a sus amigxs.


En este contexto un rubro como el de la indumentaria parece salir ampliamente favorecido. A pesar de los magros salarios y la alta inflación, el atraso de las tarifas y algún que otro subsidio hacen posible que la gente esté dispuesta a gastar algunos pesitos en pilcha.


Las marcas de ropa son muy buenas para aprovechar los booms de consumo y su rendimiento solo es entendible porque el poder de atracción del marketing es directamente proporcional a su nivel de explotación. Ahora bien, quizás deberíamos preguntarnos como es que funciona esto del “crecimiento” económico. Pensemos, por ejemplo, el caso de Complot…


Las chicas de la Librería La Sede se encuentran actualmente librando una batalla contra el enemigo por antonomasia, una mega corporación de indumentaria. Rápido se nos viene a la cabeza la historia de David y Goliat, el coloso en armadura que con su pulgar puede aplastar una cabeza como si fuera un maní.


Para Complot el desarrollo económico significa cristalizar su expansión en el barrio de Villa Crespo / Palermo Queens / zona outlets. En medio de esta fluctuante zona comercial se encuentra La Sede que retoma la tradición de comercio pequeño donde quien atiende es conocido por quien compra, haciéndose referencia en la zona para las personas que trabajan y que pasan por ahí.


Es un negocio que hace de lo pequeño y lo comunitario bandera pero no slogan, y que asentadas en una ex baulera de siete metros cuadrados ofrecen una nueva manera de hacer lo que siempre se intentó, ofrecer con calidez y conocimiento joyitas a la comunidad.


Un esquema de negocios mucho más sensato que la manía de gerentes, pasantes y encargados de sucursal con la que Complot quiere poblar esta zona mediterránea.



No es la primera vez que escuchamos una historia de este estilo. Farmacity, sin prisa pero sin pausa, fue comiéndose a casi todas las farmacias barriales de la ciudad; Megatlon y SportClub, con su perversa lógica de comunidad, socios y planes anuales, fueron absorbiendo los “gimnasios de acá a la vuelta”.


¿Alguna vez presenciaste la lenta desaparición de un local de ropa random seguido por la eventual llegada de un símil Complot que ocupara su lugar como quien no quiere la cosa?


Crece algo, sí, ¿pero a qué costo? Más percheros en tu local, refacción de los espacios, ampliación de vestidores. Perchas donde una vez hubo libros, ese es el futuro siniestro que invocan, pero que puede ser frenado.


Es probable que las personas y organizaciones que usamos y disfrutamos la Librería La Sede podamos encontrar la potencia para poder sino combatir, postergar la clausura de un lugar querido y necesario en manos del desarrollo vacío y sin sentido. Después de todo, la historia lo comprueba, nada tiene más fuerza que un libro.


Se transcribe a continuación el comunicado de La Sede, la librería más chiquita de Buenos Aires.


"Hola a todxs!


Antes que nada queremos agradecerles por acompañarnos durante este año y medio desde que retomamos la continuidad de Librería La Sede. Les queremos contar una situación de hostigamiento que vivimos por parte del consorcio del edificio que mediante cartas documento, fotos, vigilancia, y finalmente una cédula de juicio, quiere que nos vayamos de nuestro lugar. Lugar que construimos con nuestro amor, esfuerzo, dedicación, dinero y colaboración de todxs nuestrxs amigxs. Espacio que cuenta con habilitación gubernamental. Siempre recibimos el apoyo de las editoriales, distribuidoras, clientes, vecines, amigues, periodistas, escritores, escritoras.


Muchxs de los que lean este post saben de lo que hablamos porque compartimos este malestar siempre que pudimos porque necesitamos apoyo.


Nos acusan de haber sacado una escalera diciendo que era portante del edificio. Una escalera, por definición no puede ser portante.


Varixs abogadxs nos dijeron que dentro de la propiedad uno puede hacer lo que quiera, que es ilegítimo este reclamo. Nos acusan, también, de haber cambiado la fachada -sólo cambiamos la puerta- cuando la fachada fue modificada íntegramente por un megalocal pegado al nuestro dentro del mismo edificio.


La realidad es que le buscan el pelo al huevo porque quieren nuestro pequeño local para agrandar la vidriera del local de al lado. Ahora tenemos que afrontar este juicio, y más allá de tener razón o no, tenemos que pagarle a alguien que nos represente.


Tenemos que llevar adelante un juicio donde la primera instancia es más de 100 mil pesos, algunos presupuestos suman 300 mil. Y sino debemos irnos. No los tenemos. Todxs quienes tengan una librería saben que la ganancia es muy poca o nula, y que es más el amor, el trabajo y la ilusión de crecer que algo monetario. La Sede sólo llega a pagar sueldos, habiendo meses que ni siquiera eso.


Cualquier colaboración puede ser buena, desde económica, hasta pasarnos un abogadx que nos apoye en el juicio.

Estamos muy conmovidas pero seguiremos adelante."




La Sede puede visitarse de miércoles a sábado de 15 a 19.30 en Gurruchaga 1041.


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