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  • Sofía De la Vega

El loop de la independencia y unos limones podridos




“Cuando me arranquéis todo, si no me arrancáis esa convicción suave, dulce, que me consuela y me fortalece, ¿qué me habreis arrancado?”

Lucio V. Mansilla


Jardín de la República, Cuna de la Independencia y Sepulcro de la Metáfora*, ¿será Tucumán la provincia con más epítetos y contradicciones de nuestro vasto territorio? Lo que estamos seguros es que el protagonismo sigue intacto desde 1816. Presidentes, genocidas, artistas, empanadas y limones son centrales en el archivo imaginario de la Nación Argentina. En 2024 tampoco decepciona, ya que a finales de este enero fuimos testigos de la primera traición tucumana de esta nueva era bajo el mandato de Javier Milei.


Estamos de estreno con la creación del Bloque Independencia y otra vez más una facción conservadora tucumana se adueña del hecho más liberador que dio nacimiento a nuestra Patria. La cosa es así: tres diputados tucumanos del PJ (Agustín Fernández, Gladys Medina y Elia Fernández) que están bajo el ala del actual gobernador de Tucumán, Osvaldo Jaldo, rompieron con Unión por la Patria en las sesiones para votar por la Ley Ómnibus. Tanto ruido hicieron esas cadenas rotas que el bussismo ya le dio la bienvenida a las fuerzas del cielo al gobernador. Por su parte, los diputados argumentan que su compromiso es defender la provincia y sus intereses porque para ellos Tucumán no es Argentina, justamente es independiente. Este corte explícito tiene que ver con un ofrecimiento (¡chantaje!) por parte de Milei quién acordó derogar el artículo 59 del proyecto de ley que protege la industria local, es decir, para bajar las retenciones del azúcar, el bioetanol y el limón beneficiando casi exclusivamente a Blaquier y otros apellidos rimbombantes dueños de citrícolas. No se puede permitir que Tucumán se llene de más limones podridos.


Algunos dicen que son traidores estos independentistas mientras en los comentarios de redes sociales muchos tucumanos vitorean esta traición. Esa victoria que no quepa duda es por el gen tucumano impiadoso en el contraste: al mismo tiempo que te libero te vendo, te uso, hasta te odio. Te saco las retenciones pero le doy todos los beneficios al ejecutivo para vender este corazoncito de tierra todo fértil, dejo sin tesoro a los jubilados y bajo lo que puedo la coparticipación. Todo un cuadro político bajo el pensamiento liberal de otro tucumano: Juan Bautista Alberdi, nos da la constitución (oh no me la humillen más) pero nos condena con ideas liberales distorsionadas por sus sucesores. Los dichos de estos diputados tucumanos son un loop: industria, azúcar, limón, bioetanol. Pero no es el primer loop de nuestra historia. Hubo otros tiempos donde las traiciones no eran por limones. La frase más famosa del presidente tucumano Nicolás Avellaneda dice así:  


“Los tenedores de bonos argentinos deben, a la verdad, reposar tranquilos. La República puede estar dividida hondamente en partidos internos; pero no tiene sino un honor y un crédito, como sólo tiene un nombre y una bandera ante los pueblos extraños. Hay dos millones de argentinos que economizarían hasta sobre su hambre y sobre su sed, para responder en una situación suprema a los compromisos de nuestra fe pública en los mercados extranjeros”.


Avellaneda fue presidente de 1874 a 1880, le ganó a Mitre bajo la consigna que se presentaba como un candidato “nacional” que representaría a todas las provincias. Sucesor de Sarmiento, liberal y con ideas alberdistas de “Gobernar es poblar” Sus bastiones fueron tanto la educación pública como llevar hasta las últimas consecuencias la Campaña del Desierto. Vamos a poner un manto de piedad: Avellaneda creó una ley para la gratuidad de la universidad y para federalizar la argentina. Pero su obsesión por el pago de la deuda pudo más, y de verdad hizo uso del hambre y sed del pueblo argentino para pagarla: redujo salarios, hizo despidos masivos, subió aranceles de las importaciones aumentando considerablemente el costo de vida a partir de la suba considerable del precio de bienes de primera necesidad. ¿Les suena algo de esto? Ah y además casi una buena noticia, la Argentina logrará salir de la crisis en 1877, pero tomando otra deuda a niveles que sonrojarían a cualquier país africano.


Bueno basta de políticos, hay otros independentistas tucumanos y reales en otras áreas. En 2018, Lucrecia Lionti mostró en Galería Walden una serie de obras textiles con mensajes económicos. En esos años también, el presidente Mauricio Macri daba mensajes pidiendo austeridad y que teníamos que usar el aire acondicionado a 24 grados. Parte de su gobierno era un personaje que siempre está en loop y que nos sigue vendiendo en la actualidad: Federico Sturzenegger. Federico estaba de visita por ArteBA en el 2018 y se quedó obsesionado con una obra de Lionti que rezaba “Austeros y cuidadosos”.





En ese conjunto de obras, había otra textil que decía “Queremos ser socios de Argentina” con las vocales colocadas arriba como si fuera un pizarrón. Casi una visión de Nicolás Avellaneda: escuela y economía al servicio del pueblo. El problema es que ni la hermosa obra de Lionti nos deja ser socios, ni independientes, ni monotributistas. Cada vez estamos más cerca de ser una Nación de despedidos, expulsados de nuestro propio país. Una independencia llena de limones podridos.




*El epíteto más contemporáneo acuñado por Exequiel Sveltza en esta nota https://www.eltucumano.com/noticia/opinion/276324/tucuman-sepulcro-de-la-metafora

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