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  • Gaspar Núñez

Perfume peligro



Alguno de esos días en que visité Perfume peligro de Andrés Piña, también leía el libro Poemas plagiados de Esteban Peicovich. Lo retomaba sólo cuando me subía al colectivo.


Desde mediados de los 60, Peicovich reúne fragmentos de textos, les asigna un título y los presenta como poemas suyos. Bajo el nombre de “La falta de pasión”, transcribe el informe de los doctores que hicieron las radiografías de la sábana santa de Turín:


Lo que ocurrió es que apenas el hierro atravesó las primeras capas blandas de la muñeca, el pulgar se dobló, saltando hasta colocarse en dirección opuesta a la de los cuatro dedos que solo se doblaron ligeramente.

La herida de la muñeca es la mejor definida. Sus bordes son netos y la sangre brota oblicuamente de ella. La muñeca derecha fue la más torturada mientras que la izquierda quedó clavada con rapidez y precisión. Una vez clavadas las muñecas, el madero fue izado, lo que provocó la caída del peso del crucificado hasta que fue frenado por los hierros que atravesaban sus muñecas. El frenazo dejó tenso el brazo, a un ángulo de 65 grados, con el palo vertical. Si repartimos el peso del cuerpo entre ambos brazos -40 kilos cada uno- la fuerza de tracción ejercida sobre el brazo equivale a 95 kilos.

El hundimiento del hombro derecho pudo deberse a una deformación profesional derivada del trabajo ejercido por el galileo durante veinte años como carpintero.

El verdugo se valió de dos clavos: uno para cada pie.



Andrés Piña, Perfume peligro, curaduría de Carlos Herrera, Galería Sendrós, Buenos Aires, 31 de julio – 4 de septiembre de 2021.

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