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  • McKenzie Wark

Trampa metafísica



supongamos que la verdad es una mujer, ¿entonces qué?

—Frederika Nietzsche, Más allá del bien y del mal


Estamos almorzando en un restaurante de Manhattan, sentadas en una mesa en la calle. Parece que todos los que nos rodean, de alguna u otra manera, trabajan en el negocio de la información. Hay un par de chicos en traje mirando una hoja de cálculos en su notebook, pero por lo demás todos están casualmente a la moda. Incluso los hombres cis no amanerados lucen lentes exclusivos. Casi todos los clientes son blancos o actúan como blancos.

Al igual que nosotras ellos encajan perfectamente en muchos sentidos. Tenemos trabajos estables en el sector de la información. Como las personas que nos rodean estamos vestidas con cierto nivel de intencionalidad profesional, pero no hay un atuendo de negocios para nosotras, no somos CEOs; somos creativas. Aunque no demasiado creativas, al menos no en nuestro lugar de trabajo. No somos como esos de trajes y hojas de cálculos, pero tampoco somos la mujer sola en el bar vestida con colores contrastantes que especulamos es una bloguera de moda.

El servicio es lento y las dos ya tomamos nuestro primer trago, así que estamos listas para jugar al juego de Crisp. Lo aprendí de un breve encuentro con el legendario Quentin Crisp, el ex trabajador sexual convertido en escritor.(1) Para jugar ponemos a trabajar nuestros sentidos, leemos los signos del resto de los clientes y nos contamos historias sobre quién ha sido penetrado por el culo y por quién.

“¡El primero es demasiado fácil! Ese es un cazador, ya me echó el ojo. Un cazador que quiere que una chica trans se tome un viagra para cogerlo. Y no pagará un peso".

“Ese se está cogiendo regularmente a una mujer cis, pero no es su esposa".

“Ese, bueno, gay pasivo. Obvio. ¡Lo sabemos cariño, lo sabemos!"

"Ese, solo tuvo relaciones en la universidad".

"Ese se descontrola con su novio, pero a ella no le gusta".

"Sabiduría pasiva de una chica trans: nunca dejes que nadie te coja por el culo si no ha sido cogido por el culo y lo ha disfrutado".

"Deberías tuitear eso".

Así seguimos, hasta que llegó nuestra comida. El juego “Crisp” nos permite diferenciarnos de nuestros compañeros cis. Crea un pequeño espacio de comunicación trans-para-trans, solo para nosotras dos. Es una autodefensa para los momentos inevitables en los que la tolerancia que nos han extendido tan gentilmente revela sus límites, como lo hace todos los putos días.

Este juego también funciona como un buen recordatorio. Nadie es lo que parece. Bueno... de nosotras dos yo soy más del tipo que se puede detectar fácilmente y vos estás mucho más cerca del modelo de belleza femenina. Y tiene sentido, para evitar que la disforia arruine tu vida.

Como la mayoría de las mujeres trans, nos hemos valorado desde el punto de vista de algún modelo de forma femenina. Todo lo que puedo ver de vos es belleza, pero también me doy cuenta que sentís que tus manos son lo único que no es tan pasable. No usas anillos y tenés uñas con laca transparente. En cambio, mis uñas son de color púrpura con brillitos y llevo puesto un gran anillo plateado que me regaló Kathy Acker. Mis manos son lo único pasable.

Un rincón de nuestra amistad reside en mi deseo de ser vista en público con vos por tu elegancia. Además de tu disposición a ser vista conmigo, aunque eso signifique que por mi culpa te puedan meter en cana. Esta generosidad afirma tu fuerza de carácter como mujer trans, lo cual es gratificante en sí mismo y es un regalo para mí, tú torpe hermanastra.

No nos va a pasar mucho, al menos hoy, incluso si los cis nos olfatean. Lo que nos permite hacer esto es el privilegio especial de los neoyorquinos blancos que tienen excelentes modales. Podemos ser fanáticas de las transexuales y ser insultadas o despreciadas por el mundo en el que nos movemos, pero no golpeadas o asesinadas (probablemente).

Entonces, me decís que hablemos de esto: “A mi todavía me llaman tramposa”.

"A mi también. Y esto es lo que me parece extraño: incluso a una mujer trans obvia como yo se le llama tramposa. Los cis que nos llaman taramposas piensan que la esencia de nuestro ser no es más que un fracaso para engañarlos”.

“Si las mujeres trans son tramposas, es porque todo el mundo lo es” decís muy convencida.

"¿Ah, de verdad? ¿Cómo llegas a postular eso?

“Nadie es nunca lo que parece. Mirá el juego “Crisp” que acabamos de jugar. Nuestras conjeturas podrían estar completamente equivocadas".

“Es más divertido de esa manera,” intervengo.

“… Pero siempre hay algo. Tal vez el chico de traje de ahí" hace un gesto con la mano "no fue cogido por el culo, pero tiene una colección de porno transexual".

“Siempre hay una brecha entre la representación y lo que presenta. Así es como funciona toda la comunicación”.

"¿Qué significa eso?" Bueno, lo pediste. Ahora vamos a jugar a la teoría de juegos.(2) Ya que nos estamos acomodando, pedí más bebidas.

“Siempre hay una diferencia entre el signo de la cosa y la cosa en sí. La forma en que aparezco no es del todo mía. Una representación siempre es diferente de lo que representa. La percepción siempre tiene un elemento de engaño".

Mientras te brillan los ojos decís: “Hay algo bastante irritante, pero también delicioso, en eso”

"Particularmente en una economía que funciona con signos". Supongo que ya se adónde querés ir con este juego, pero estoy de un humor más filosófico. “A juzgar por sus apariencias, parece que todos los clientes de este restaurante trabajan con signos y lo hacen bastante bien. Todo el mundo parece próspero y exitoso pero es poco probable que todos lo sean".

“Los zapatos de esa chica, por ejemplo”, inclinas tu mano para guiar mi ojo de nuevo. Cuero agrietado, taco desgastado.

Yo también puedo jugar a este juego. "Ese de ahí, inclinado, demasiado ansioso, está pidiendo dinero". No todo el mundo está acá, como nosotras, en su tiempo libre. Hay mucho quilombo.

Vos decís que "Todo el mundo siempre está ocultando algo". Tal vez esté hablando un poco del discurso no-tan-sincero de mis aventuras recientes. No es que le cuente todo a esta puta chismosa.

“Siempre nos diferenciamos de las señales que damos. Puede ser una especie de obsesión específica de la cultura occidental, pero hay cierto nerviosismo por esta brecha entre el signo y la cosa".(3)

"Es por eso que ellos", le hacés un gesto a los cis que nos rodean, "quieren identificar a las trans como tramposas".

“En la filosofía de Platón” (me estoy volviendo pretenciosa y lo sé, pero te gusta cuando juego Teoría de Juegos, y te seducirá mantenerte alejada de lo que no te estoy contando sobre mi vida), “no es solo que el signo de la cosa se queda corto con respecto a la cosa.(4) La cosa en sí misma también se queda corta a su vez con la idea pura o la forma de la cosa. Detrás de las apariencias hay cosas, pero las cosas también son una especie de mera apariencia: detrás de las cosas están sus formas. Estos no se pueden tocar, saborear ni ver. Son cognoscibles sólo para el pensamiento mismo".(5)

"¿Pero a quién le importa Platón?" Lo despedís con un besito.

“Bueno, Nietzsche vio lo que pasaba con el platonismo y su influencia en el pensamiento occidental. Llamó al cristianismo "platonismo para las masas".(6) En el cristianismo también las apariencias son sospechosas, pero ahora se transforman en un trabajo diabólico. Tampoco se debe confiar en las cosas reales, especialmente si esas cosas son cuerpos. Estos son carne corrupta, condenada a morir. Una vez más, lo real es algo invisible, intocable: espíritu puro. Si el espíritu se niega a ser corrompido por las apariencias o por los placeres de la carne, puede unirse a Dios en la eternidad”.

"Entonces, ¿has tenido algún placer de la carne últimamente... con alguien que conozco?" Sospecho que me estás siguiendo. Así que mejor trato de mantener tu atención tirando una gambeta conversacional.

“La cultura occidental secular heredó un residuo del platonismo a través del cristianismo. Incluso algunos tipos de marxistas imaginan un mundo de apariencias falsas. Para ellos, es el capitalismo. El derrocamiento del capitalismo devuelve al "hombre" la posibilidad de una vida auténtica: no más publicidad, adiós a la moda y adiós a la alienación. El hombre se restaura a sí mismo como sí mismo".(7)

"Hombres. Hmph. No sé lo que veo en ellos". Te distraje con mi maniobra. Tendré que volver a encarrilarnos. Tengo preferencia por las mujeres trans, tú por los hombres trans. Nuestros chismes cruzan las líneas entre los universos trans.

“Dije 'hombre' intencionalmente, porque lo que estos marxistas encuentran sospechoso tiene cierta feminidad. Por un lado, lo femenino se acerca demasiado al mundo de las mercancías por el deseo de parecer bonito. Por otro lado, la feminidad, como un puñado de signos de sexo, belleza y juventud, se despliega engañosamente para vender productos”.(8)

“Es difícil ser suave, ser mujer. La gente piensa que es algo sin firmeza, que simplemente pueden presionarnos". Lo sé, en este tema hay alguien que se ha convertido en una autoridad, sobre la que tengo mucho que aprender.

“En todas estas versiones del platonismo, la femme es la más sospechosa, femme podría representar todos los signos y atributos de la feminidad que apuntan a que su portadora es una mujer. Haber comenzado la vida con una M impresa más allá de nuestra voluntad en los certificados de nacimiento es algo sospechoso. Transicionar, en algún momento u otro, a algún punto fuera de la masculinidad es incluso más sospechoso. La femme es la que engaña, pero la 'mujer', irónicamente, en todos estos discursos occidentales, engaña sobre todo menos sobre sí misma."

"¿Dices que engaño a todos menos a mí misma?" Finges estar ofendida, pero puedo ver en esa pequeña sonrisa que te gusta esta idea.

"Las señales femeninas supuestamente engañan sobre muchas cosas, pero no sobre el hecho de la feminidad de quienes producen tales signos".

“Nadie acusa a una mujer cis de no ser mujer”, agregas enfadada. La brecha entre ellas y vos es un tema delicado, ya se. Pienso antes de hablar, pero quiero presionar un poco más. “Esto es lo que diferencia la figura de la mujer trans en este universo platónico. No es una feminidad engañosa sobre otra cosa. Es engañosa sobre la feminidad. En la metafísica cis, vos y yo somos un tipo especial de engañadoras".

“Entonces… no somos mujeres que, como mujeres, somos engañadoras, somos engañadoras acerca de ser mujeres. ¿Algo así como engañadoras dobles? ¡Superfemmes!" Nos haces reír a las dos.

"Precisamente. Antes existía lo verdadero, que es la "idea" de Platón; y dos estados más abajo están las cosas; y luego aún más abajo: la representación. La idea encarna la verdad para el platónico. Dios y el comunismo lo hacen para los cristianos y los marxistas, respectivamente. Lo verdadero es idéntico a sí mismo. No permite ninguna brecha entre sí mismo y cualquier aspecto de sí mismo. Es incapaz de hacer un mero signo de sí mismo. Es puro e irrepresentable ".

Tu mirada se pierde en el horizonte y decís, más al aire que a mí: “A veces siento que la mujer que intento ser es una idea imposible. Que por mucho que trate de ser ella, cuanto más lejos parece, realmente ya lo soy. Creo que nos duele su idea platónica de la mujer, y no solo a nosotras. Todas esas feministas cis que nos odian también luchan contra ella".

"¡Sí!" No había pensado en esta parte. “Tienen que odiarnos como malos simulacros de la idea de 'mujer' para no tener que lidiar con su propio fracaso como representantes de esa idea”.

"Es una jerarquía, una cadena de ser, de mayor a menor, donde siempre estamos en la parte inferior". Puedo ver esa mirada tuya que indica mal humor. Tengo que llegar al punto de este argumento, la parte que para nosotras invoca un mundo de posibilidades trans para trans. Ese es el objetivo de este juego: llegar a nosotras mismas, a nuestra existencia, haciendo que el caso más débil parezca el más fuerte.

Lanzo otro movimiento: “Bueno, así es también como cierta marca de feminismo piensa sobre la figura de la mujer. Ella simplemente es. Se habla sobre cosas como los cromosomas biológicos, pero esas son cosas que están fuera del ámbito cotidiano de la percepción humana. La mujer es un ideal platónico que las mujeres "reales" simplemente encarnan por defecto como variaciones de la perfección. Luego, inevitablemente, se unen a los misóginos en su desconfianza de los signos femeninos señalando el engaño y a la tramposa como a la engañadora más baja de todas".(9)

“Eso es horrible”, decís.

"Ok estoy de acuerdo. En este mundo platónico, ninguna cosa sensible puede hacer justicia al reino puro de la verdad. Ninguna representación legible puede hacer justicia ni siquiera a las cosas, y mucho menos a la idea pura y verdadera. En cambio, las apariencias te seducen: lejos de la filosofía en Platón, lejos de Dios en el cristianismo, lejos de la revolución en el marxismo, lejos de la esencia de la mujer en el feminismo. En todos los casos, estas apariencias se codifican con demasiada frecuencia como mujeres. Son los hombres los que tienen la razón, la fe, el poder de excluir de la pureza, la fidelidad revolucionaria”.

"O, curiosamente, las feministas que reclaman esa energía platónica de pito grande al sostener las acusaciones contra nuestras trampas".

"Sí. Los signos de femme son sospechosos, pero no se sospecha que apunten a que su portador sea otra cosa que una mujer. Entonces, en este punto, vos y yo caemos incluso por debajo de las más caídas. Estamos tan lejos como se puede llegar de la idea pura".

"Estamos todos en el barro, pero algunas estamos hundiéndonos".(10)


“Estamos lejos incluso de la encarnación imperfecta de la idea en una cosa. No somos la encarnación aún más imperfecta de la cosa o idea en una representación. En esta metafísica ni siquiera sos vos la que realmente señala de manera despectiva mi feminidad. Estás haciendo un señalamiento engañoso de signos engañosos, como una trampa”.

"podés irte a la mierda vos también, mi amor".

“Escúchame, bb. Al menos llegas a ser una trampa. Yo ni siquiera yo eso. Soy la figura que no logra hacer los signos engañosos de la feminidad, un fracaso cómico. Vos sos la trampa que triunfa y se convierte en una engañadora peligrosa.(11) El orden platónico de las cosas me convierte en la versión fallida de vos, mientras que vos sos la versión fallida del cuerpo cis, que es la versión fallida del ideal".

"¿Por qué compramos en esta estúpida jerarquía en la que siempre estamos en la parte inferior?" Esto te está irritando, pero mi juego es irritante de una manera útil.

“Es una gran tentación entre las mujeres trans aceptar esta jerarquía de signos, compararnos entre nosotras. Sos mi amiga porque te negás a eso. Las dos sabemos lo que soy. Soy un chasco. Pero no me llamarías así, al menos no en mi cara.

"¡Yo nunca te llamaría así!" Te creo. Estás tocando mi mano. Voy a llorar.

"No importa. Realmente no me importa que sea un chasco que se formó de un trozo de tierra, con pies de arcilla y talle nueve de mujer". Tamaño de modelo de pasarela, útil para comprar ofertas en tiendas de moda. De repente me doy cuenta de que sos tan sensible con tus pies como con tus manos. No quise ser maliciosa. “De todos modos, la única diferencia entre nosotras es el umbral del posible descubrimiento. Mi foto en una aplicación de citas no engaña a nadie. Ese chico cazador de ahí —señalo con mi dedo delgado—, que me mira, sabe que soy una trans y espera que haya un pito debajo de esta pollera de Gogo Graham.

"Bueno, él tiene ese derecho".

"Mientras que te has encontrado en situaciones peligrosas, particularmente con hombres que están interesados ​​en ti antes de que te miren, o antes de que decidas, o no, revelar". Estoy tocando tu mano ahora. Conozco esas historias. Sé que esto es difícil. “Hay castigos especiales para la trampa. Por lo tanto, los hombres cis todavía pueden evitar ser condenados por matarnos en la mayoría de los estados estadounidenses.(12) Si quieren cogernos y declaran su deseo, y después descubren que somos una trampa, pueden matarnos. Así de bajo caemos en el esquema de cosas que se aproximan a la verdad".(13)

“Somos desechables. Ni siquiera cosas. Basura para ellos". Tu voz cuidadosamente entrenada se quiebra con rabia contenida.(14) Nos tocamos las manos por un momento. Hacemos contacto visual. Entonces miramos hacia otro lado.

Una ola de sentimientos demasiado intensos como para reconocerlos pasa sobre nosotras y disminuye. Cuando siento que el momento ha pasado, retomo el juego conversacional. “Hay algo intrínsecamente conservador en todas estas versiones de lo que podríamos llamar 'metafísica occidental'. ¿Quién decide qué es lo más cercano o lo más alejado de lo puro y verdadero?"

"¡Ni tu culo trans, ni el mío!" Lo decís demasiado alto, demasiado borracha y no del todo con tu voz de niña. La Bloggera de moda mira en nuestra dirección.

“Por eso el juego Crisp es tan encantador. Volvemos la mirada cis hacia sí misma".

Tu estado de ánimo se ilumina un poco: "Solo me gusta jugar contigo para joder y reírnos".

El tipo de traje cree que puede juzgarnos. Y lo hizo, con esa clásica mirada deslumbrada. La mirada es atraída por algo: tal vez mi muslo largo, recto y desnudo. Quizás tus hermosas tetas".

"Tengo unas tetas preciosas..." Mirándolas, reconozco eso con una sonrisa. Sé el poder que tienen desde el momento en que me saqué el corpiño en una rave, pero nunca hablamos de eso.

Vuelvo a retomar el hilo: “Pero entonces el chico de traje nos mira. Dice: me hiciste desperdiciar un segundo de mi vida con este vistazo, no sos más que una trans sucia que me disgusta la vista. O peor: me atrae y me repugna. Jugamos nuestro pequeño juego porque sabemos que todo el mundo tiene secretos".

Completa esa línea de pensamiento por mí. “Todo el mundo es una trampa; la mirada de nadie tiene autoridad. Ni siquiera la de ese chico de traje".

“Tal como está, ser una mujer trans es ser el chivo expiatorio de un orden de representación en el que alguien tiene que rendir cuentas por el hecho de que los signos no se adecuen a las cosas. En el mundo cis, somos comprensibles solo como el tipo más bajo de engañadoras. Para los cis, estamos eligiendo ser mujeres. Pero, ¿quién elegiría eso? Entonces debemos ser trampas, engañadoras. Somos las peores cosas del mundo".(15)

"¡Salud por eso!" Decidiste que nos vamos a emborrachar y pedís otra ronda.

“En comparación con la mayoría de las de nuestra clase, vos y yo nos aferramos a algunos privilegios. Dado que nadie se atreve a usar la palabra 'clase', usemos palabras amables: 'ventaja socioeconómica'. En tu trabajo de tecnología y en mi trabajo de profesora nos pagan por nuestros talentos, y podemos entrar a un restaurante donde los mozos supondrán que nuestras tarjetas de crédito al menos son válidas"


"Estás cobrando bien, ¿no?"

“… Y, sin embargo, muchos de estos otros comensales que nos rodean todavía nos ven como un ser menor, incluso algunos que con un bochornoso abrazo de su liberal aceptación probablemente nos tratarían con condescendencia, sienten que están en la posición de autoridad, como representantes de la idea de género, dándonos nuestra humanidad”.

"¡A la mierda con eso!"

"¡A la mierda con eso!" Levanto mi copa y la choco con la tuya para hacer chin-chin. “Hay algo sospechoso en tomar formas ideales intangibles de cualquier cosa como lo más real, incluso las ideas de género. Prefiero deleitarme con el juego tangible de las apariencias que comprar toda esta jerarquía de verdad y ser, que nos coloca en la parte inferior. Nietzsche se equivocó en un montón de cosas, pero..."

“Era un huevo”, interrumpís. La detección de huevos es uno de tus otros juegos favoritos. “No solo quería escribir como una mujer, era una. Simplemente odiaba el tipo de mujer que los hombres obligan a ser a las mujeres”.(16)

“Convertirse en mujer es algo que él solo soñó pero nosotras lo intentamos, es escapar de la jerarquía de lo verdadero y lo falso”.(17)

“Hacer lo contrario es simplemente aburrido”. "Es simplemente dar por sentado el orden de las cosas".

"Ver las apariencias como las deficiencias de un estado previo del ser verdadero es realmente aburrido, estoy de acuerdo." Animada por las bebidas, me estoy entusiasmando con mi tema. “¡Trabajemos las superficies, cambiemos los signos, creemos la posibilidad de una especie de ser por venir! No somos imitaciones caídas de nuestras amigas cis. ¡Somos prototipos de seres bio-pirateados por venir! Ampliamos el rango de cosas sobre sus cuerpos que los humanos ya editan.(18) Lo hacemos con las últimas técnicas, la información más actual en todos los campos. Estamos entre las vanguardias de posibles futuros humanos. ¿Y si existiera un mundo que pudiera responder a los deseos de nuestros cuerpos? "

"Quiero vivir en ese mundo".

Estoy borracha y tambaleando: “Quizás eso sea utópico. Mientras tanto, las chicas como nosotras persiguen un deseo irreprimible de transición, de doblar la información y la técnica para encontrar formas en las que podamos cumplir. Quizás esa sea otra razón por la que nos convertimos en chivos expiatorios. Las personas trans se transforman, en el aquí y ahora, como cuerpos, no como ideas. Y lo hacemos juntas. Hacemos otro pequeño mundo, tenue, comprometido y rebelde aparte del mundo cis. Creen que conocen nuestro pequeño secreto, pero tenemos información sobre el ser que nunca sabrán”.

“Hablando de secretos, ¿no te vi con.. cómo se llama la de anoche en la lectura de Bluestockings?”

Esperaba distraerte de eso. “Nuestro secreto es que no hay ninguno. No sabemos nada sobre la verdadera naturaleza oculta del género y tampoco los cis. Todo lo que tenemos las chicas trans es la evidencia de nuestros sentidos disfóricos y la voluntad de crear una feminidad con la que vivir. Y es mejor si lo hacemos juntas".

"Toda tu teoría es explicarte a ti misma por qué crees que las chicas trans son atractivas".

“Quizás”, estoy de acuerdo. “Pero también podría ser otra cosa. Quizás de lo que estoy hablando es de nuestro femmunismo”.

"¿Nuestro que?"

“Nuestro femmunismo. No es un comunismo, basado en la premisa de una verdad que vendrá una vez que el mundo falso, alienado y mercantilizado sea derrocado. Nuestro femmunismo es un mundo de apariencias hecho realidad, en el aquí y ahora, señalando posibilidades mutuamente. Un mundo trans-para-trans que no es solo peleas e inevitables y complicadas decepciones. Eso se hace juntas sabiendo solo que no tenemos nada en común.(19) Que la nada es lo común (common) o mejor dicho lo femmon”.

"Me perdiste ahí, pero me gusta".

“Lo común, la comunidad, la comunicación, el comunismo, todo deriva del munus, que para los romanos era a la vez un regalo y una carga, un favor y una obligación, tanto obra pública como espectáculo. En lugar de lo que es co-munus, lo compartido como si fuera universal, estoy hablando de lo que es fe-munus, lo compartido solo entre nosotras. No la esfera pública abstracta y atemporal que supuestamente es para todos, pero en realidad solo para hombres blancos cis..."

"Ah, ya veo lo que hiciste: estás diciendo que la noción liberal de la esfera pública ideal y sus actos de habla modelo es un universal platónico que enmascara los detalles de una comunidad que nos excluye..."

Me agarraste. En lugar de eso, un feminismo sin ideales rectores, eso es sensual, actual, particular”.

Kiki como utopía”, decís en un tono casi de ensueño.(20)

“Es egocéntrico, porque nos convierte en lo mejor del mundo. La mujer trans como la mujer que es la falsa creadora de lo falso. Verdad como mujer. Somos aquellas cuyos deseos espontáneos lo hacen todo. Y en la medida en que todas conviertan sus deseos en signos de algo más que una aproximación a un ideal inexistente, no solo todas son mujeres, todas son mujeres trans. Todo el mundo es una trampa. La única diferencia es que lo sabemos. ¡vamos ganando el juego!"

Bromeando, "Sos tan bonita cuando te ponés así".

“'Bonita es una palabra interesante. Lo bonito es diferente a lo bello".

"Si buscas cumplidos, puedo decir que estas hermosa".

“No estoy buscando cumplidos, pero me gusta ser bonita. Bonita, no hermosa. No es que lo bonito sea diferente en grado a lo bello, como si estuviera más lejos de un ideal o tuviera un ser menor. Es diferente en su tipo".(21)

“¡Ajá! ¡Platonismo de nuevo! Es como si tu juego de hoy fuera mostrar que todo tiene la misma metafísica, donde aparece una forma o idea que es realmente cierta y de a poco se va degradando.”

"Ok entendiste cuál era mi pequeño juego", concedo. “la trampa metafísica. Pero dejame decirte algo más sobre esa palabra y esta otra forma de estar en el mundo y por qué las chicas trans ya lo están haciendo, aunque lo sepan o no”.

"A ver, decime."

“La palabra evolucionó del alemán y el holandés, a partir de palabras que sugerían lo rápido, lo inteligente, lo complicado. Durante siglos se conectó con la feminidad, la pequeñez, la debilidad, arreglándose con ingenios y artimañas. Tiene que ver con ser astuta y crear apariencias. Donde la belleza reviste la forma pura a la que se aproxima, lo bonito puede ser un poco una artimaña, un señuelo. Lo bonito es sospechoso en una era de cultura mercantil. Oculta un defecto".

“El defecto es que somos trampas. Que si bien podemos ser criadas, no podemos criarnos sin úteros". Haces un gesto hacia tu propia barriga deliciosamente curvada.

“Somos trampas para el deseo masculino. El ideal de la feminidad que supuestamente falsificamos es reproductivo. La metafísica platónica tiene que ver con la paternidad. Las copias se juzgan como progenie más o menos próxima de una idea atemporal. La copia ilegítima, transpuesta de otro lugar, debe ser detectada y rechazada. Pero mandemos eso a la mierda. ¿Y si lo bonito pudiera desviar el deseo a formas más interesantes? Fuera de la reproducción. del aburrimiento. Hacia formas de ser que ya no son copias de un original imposible, inexistente. Que son más bien variaciones sobre variaciones, un femmunismo de formas experimentales, cuya existencia alcanza el ser sólo en relación con las demás y deja que lo sensual nos diga qué es lo posible. Bueno, podríamos ser nosotras, cariño. Podrían ser mujeres trans. Ese podría ser nuestro mundo trans-para-trans".

"¿Qué pasa con los hombres trans?"

“No lo sé, cariño. Dejo que ellos creen su propia utopía trans-para-trans. Espero que la encuentren si lo hacen".

"¿Qué pasa con los no binarios?"

"Una utopía no binaria no existe en ningún lado".

"No tuitees eso".

“Una destrucción no binaria de la metafísica platónica de la jerarquía del ser volvería a ser diferente. Cada uno de nosotros puede tener su propia crítica de la universalidad de la metafísica platónica y nuestra propia alternativa universal particular. Hecha en su aquí y ahora, de cualquier práctica que surja de la brecha entre nuestro propio ser y el mundo que niega ese ser".

“Así que tu pequeño juego es que para las mujeres trans, tomemos la idea de que somos trampas y le demos una vuelta, para hacer que no ser una copia cis de alguna mujer ideal imposible sea un valor positivo. ¿Qué pasa con las mujeres cis?"

“Somos la prueba viviente de que es posible ser mujer sin referencia a la reproducción de un ideal de mujer. Creo que muchas mujeres cis también quieren eso, aunque algunas se resisten a las posibilidades que encarnamos. Pero disimuladamente estoy convirtiendo a las mujeres trans, no en un ideal en absoluto, sino más bien en una posible vanguardia de otro tipo de feminidad”.

“Hablando de mujeres trans: te vi anoche salir de Bluestockings leyendo con esa muñeca. Vos si que sabes…”

Llamé la atención del mozo y agarré la cuenta apresuradamente.


NOTAS

  1. Realmente conocí a Quentin Crisp en el Consulado de Australia en Nueva York, en una recepción para el artista Pope Alice. De verdad jugamos a ese juego. Más tarde, nos acompañó a un restaurante chino y nos contó algunas historias. Comió hasta por los codos, se quedó extrañamente en silencio y luego vomitó todo. Pope Alice simplemente lo cubrió con un mantel y pidió la cuenta. Su libro más conocido es Quentin Crisp, The Naked Civil Servant (Penguin Classics, 1997).

  2. ver Jean-François Lyotard y Jean-Loup Thébaud, Just Gaming (University of Minnesota Press, 1985).

  3. ver Byung-Chul Han, Shanzhai: Deconstruction in Chinese (MIT Press, 2017). Pero el problema de nombrar un exterior a la metafísica occidental es que con demasiada frecuencia se convierte en su otro y su espejo.

  4. La obra clave de Platón para la teoría de los medios y, por tanto, para este diálogo, es Fedro . Ver Platón, The Collected Dialogues (Princeton University Press, 2005). Ver también Darren Tofts, Memory Trade (Craftsman House, 1998).

  5. Esta lectura toma prestada libremente, y no fielmente, fragmentos de Gilles Deleuze, "Platón y el simulacro", octubre, n. 102 (invierno de 1983). Todas las lecturas de este texto son infieles, por supuesto, para mantenerse fiel al método.

  6. Friedrich Nietzsche, Beyond Good and Evil , del Prefacio.

  7. Esta es una versión con algunas modificaciones de la crítica nietzcheana del marxismo en Jean Baudrillard, The Mirror of Production (Verso, 2021) y Jean-François Lyotard, Libidinal Economy (Indiana University Press, 1993) y mi propio texto A Hacker Manifesto (Harvard Prensa Universitaria, 2004).

  8. Ver Ann K. Clark, "La niña, una retórica del deseo", Estudios culturales 2, no. 2 (1987).

  9. Aquí me pregunto si no podemos mejorar la crítica de Jay Prosser a Judith Butler en Second Skins: The Body Narratives of Transsexuality (Columbia University Press, 1998). Las normas en torno a las cuales oscilan las representaciones de género, una copia sin original, tienen sin embargo como su extraño atractor el negativo de una idea o forma platónica.

  10. Con disculpas a Oscar Wilde. La línea original es de Fan de Lady Windemere , pero The Decay of Lying es la influencia más obvia en este ensayo. Ambos en Las obras completas de Oscar Wilde (Harper Perennial, 2008).

  11. Julia Serrano, Whipping Girl (Seal Press, 2007).

  12. “Defensa LGBTQ + 'Pánico'”, Asociación Nacional de Abogados LGBT, 2019 .

  13. Ver Walter Benjamin, "Crítica de la violencia" , Escritos seleccionados , vol. 1 (Harvard University Press, 1996). Este texto hace dos puntos pertinentes aquí. En primer lugar, que la violencia instala y afirma la ley, por lo que la ley por sí sola no nos salvará. En segundo lugar, que en las formas no violentas de estar juntos —el ejemplo de Benjamin es la conferencia— no hay sanción por mentir. Lo cual es extensible al concepto de que no hay idea de regular la forma comunal no violenta que requeriría sanción.

  14. Susan Stryker, “Mis palabras para Victor Frankenstein”, Gay Liberation Quarterly 1, no. 3 (1994). Stryker se basa en la rabia de sentirse tratado como monstruoso a una afirmación de lo monstruoso. El texto toma un camino ligeramente diferente, comenzando por la figura de la trampa en lugar del monstruo.

  15. Ver Andrea Long Chu, Mujeres (Verso, 2019). Prefiero darle la vuelta a la situación de la hermana Andrea, hacer que ser mujer sea la segunda mejor cosa del mundo y ser una mujer trans, lo mejor del mundo, ya que ella, que al dar forma activamente a una respuesta al deseo inesperado de transición, puede escapar al orden de la verdad y plantear un nuevo valor.

  16. Willow Verkerk, Nietzsche and Friendship (Bloomsbury, 2019) tiene una lectura bastante más cuidadosa.

  17. Gilles Deleuze y Felix Guattari, A Thousand Plateaus (Prensa de la Universidad de Minnesota, 1987). Su figura de devenir mujer es una elaboración de Nietzsche a través de Judge Schreber.

  18. Susan Stryker, “Estudios transgénero hoy”, boundary2 online , 20 de agosto de 2014 ; Eva Hayward, “Más lecciones de una estrella de mar”, Women's Studies Quarterly 36, no. 4 (otoño-invierno de 2008). El concepto de Stryker del corte como una edición del cuerpo, más elaborado por Hayward, apunta hacia una metafísica anti-platónica de la edición corporal.

  19. Sheri Hoem, “La comunidad y lo absolutamente femenino'”, Diacritics 26, no. 2 (Verano de 1996) retoma el hilo de la teoría de posguerra —Bataille, Blanchot, Nancy— sobre lo que podría ser una comunidad que no tuviera nada en común y cómo Duras los contradice. Quizás no sea casualidad que Kathy Acker estuviera leyendo algunos de estos textos cuando estaba terminando Pussy, King of the Pirates (Grove Press, 1996), un libro que se podía leer como teoría del femmunismo, del estar-juntas de mujeres que no se aproximan a ninguna idea, que no controlan las diferencias entre sí, que no tienen nada en femmon.

  20. Ver José Esteban Muñoz, Cruising Utopia: The Then and There of Queer Futurity (NYU Press, 2019).La insuficiencia de esa utopía para las mujeres trans surge a través del tratamiento de Muñoz a Kevin Aviance, y el problema de la expresión femenina en los espacios de hombres homosexuales, donde podría ser mejor decir que con demasiada frecuencia se concentra en la figura del artista drag, por lo que puede ser desautorizado. Pero más que una crítica a Muñoz, una diferenciación, una utopía diferente, ni más ni menos.

  21. Ver McKenzie Wark, “Femme as in Fuck you” , revista e-flux , no. 102 (septiembre de 2019).


McKenzie Wark, Trap Metaphysics. Publicado en e-flux Journal Issue #122. (2021) Traducción: Ana Sejmet

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