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  • Pablo Rosales

Mientras busco un nombre para una muestra


La salida del Oso Panda de la lista de animales en peligro de extinción ha sido un triunfo de la belleza. Una solución estética a un problema que se creía ético.

¿Que hacemos en línea? ¿Sentir algo, o comprobar que sentimos algo? Esa es la cuestión del Neuromercado.

Felizmente distraídos, pero informando. Así nos quiere el Neuromercado.

Título para una muestra: El triunfo de lo Interesante

En el principio fue Kuitca, que se hizo solo. Y después se dijo; “no es bueno que Kuitca esté solo”, y creó la clínica de análisis de obra; es decir, el arte contemporáneo argentino.

¿Es el arte contemporáneo argentino un resultado del formato kuitqueano de clínica de análisis de obra, es decir, un subproducto del psicoanálisis porteño?

Título para una muestra: El simulacro de la novedad

El arte contemporáneo se podría definir retroactivamente como aquel que deja en el espectador la impresión de lo "ya hecho".

Macedoniana:

¿La distracción no es acaso, en un sentido realista la única felicidad terrena? ¿Que pasaría si un partido político en lugar de proponer Responsabilidad-y-Conciencia-del-Todo se presentara como Gestión y Reproducción de la Distracción como el único verdadero Bien Común con postergación indefinida del Dolor?

¡Ay, Patria!, ¡si Macedonio Fernández hubiera ganado aquella elección todo sería tan distinto ahora!

Título para una muestra: De Poco un Todo

Nos propusimos una identidad Latinoamericana continental desde el sur del río Bravo hasta Ushuaia. Pero la administración regional del imperio de la producción cultural nos endosó el Latino y secuestró el Americano para si.

Obsolescencia programática cultural:

Lo que a partir de hoy podríamos llamar Fobia Institucional (o Institufobia) atributo porteño extensivo a su influencia argentinoide, se define por la relación inversamente proporcional que se comprueba entre la durabilidad de un proyecto artístico y su prestigio.

Título para una muestra: Más de lo ismo

Lo único que faltaba es pensar que hay movilizarse hasta tal sitio para ver el cuadrado negro sobre fondo blanco de Malevich, y entonces "sentir" algo. Es el colmo del universalismo publicitario.

Rock, Comics, Cine, y Novela Policial: los últimos estertores artísticos, han sido producto de la diferencia de potencial entre el río del arte culto y la laguna de la cultura popular a lo largo del siglo XX. Cuando se niveló este salto las turbinas de la innovación artística se apagaron. Internet ha sido un nuevo salto energético, pero esta vez desde una altura mucho menor, como es evidente.

Y entonces llegó un día en que el arte se diluyó totalmente en la vida cotidiana. Luego, la vida cotidiana hizo lo mismo con la mala televisión.

Un documental en Canal Encuentro describe la vida de los peones de estancia en Argentina. Distintos gauchos cuentan su vida en primera persona y la palabra que más resuena es "progreso".

Título para una muestra: Pulpería “El Progreso”

Para que vean como son las cosas: Se me ocurrió la palabra ANARTISTA. Entonces la googleé. Resulta que era usada por Marcel Duchamp para definirse a si mismo, según una biografía de un autor estadounidense reseñada oportunamente por Alan Pauls en Pagina-12. La reseña a su vez inspiró el nombre de un blog cuyo autor confiesa haber desconocido (como yo) tanto el término como a su autor hasta antes de leer el texto de Alan.

Ayer me desperté pensando en Roca para quién el liberalismo económico y el "estado fuerte" pueden coexistir terriblemente. Hoy me desperté recordando el tradicional juego de mesa "El Estanciero", curiosa traducción vernácula del anglosajón "Monopoly". Mañana les cuento…

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