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  • Milagros Rojas

En las calles y en mi corazón


Mica dijo que mejor nos esperaba, que vayamos en grupo. Noche acalorada de mayo. Viajamos en uno de los colectivos más lentos de la ciudad, de esos que cruzan la Av. Córdoba a paso dibujado. Nos bajamos antes, mejor vamos caminando y en el camino compramos cerveza. Llegar en grupo es la mejor forma de llegar a una muestra de Fernanda Laguna. Sentía tanta alegría que confundo un poco ahora si era un estado previo o algo que indudablemente se desarrolla cuando estás a pocos metros de entrar a la galería. Sentí muchas cosas y voy a tratar de ordenarlas.

Unas cortinas de papel. Ay, esa cortina… Para mi tenía forma de moño. Moños, papeles blancos, servilletas, caracoles, ojitos, lápiz; y en la pared decía: me intriga saber que sienten. Atravieso la primera cortina: mucha gente y unos videos que en principio no pude ver. ¡Cuanta gente! Bueno después los veo. Otra cortina de papel, es decir que se armaba como una especie de sala rectangular y había como un pasillito que me recordó a esos recovecos del Museo Nacional de Bellas Artes donde hay alguna pintura de la escuela de barbizon o del manierismo o del barroco, en fin, un pasillo finito, una pintura. Una pintura hermosa con mimbre, guarda pampa, crucecitas. Todo muy artesanal, no un artesanal barroco, sino uno frágil y precario, supersensible. Nada tiene título, nada tiene dimensión, nada tiene año. Todo flota y yo me deslizo y así como flotando, subo las escaleras.

Sala 2. Mareadas en la marea. Una bandera, fotos-registro, objetos, manifiestos, anotaciones, una biblioteca. Es un archivo amoroso de acción y lucha feminista, de resistencia. Un archivo y una presencia, porque es algo vivo, que se despliega y nos da fuerza. No esta cristalizado ves? Es una fuerza, es potencia.

Bajo otra vez. Es que quiero ver los videos. Pero ls kidz tomaron la salita de los videos, la hicieron pista y nos hacen bailar. Bueno mejor bailemos. Y bailar me hizo pensar en Hélio Oiticica, en los textos que escribió sobre la danza, que dice que los cuerpos son portadores de todo, de lo individual y lo colectivo. La danza dionisíaca donde se despliega el ser social y se rompen las barreras. También me acordé de un libro de Ceci Pavón donde dice que Fernanda le dijo que el arte es vida potenciada.

Me lo encuentro a Beto, me cuenta que vio algunos videos, uno que era de unos corazones de telgopor, del cumpleaños de una pintura, de una casa de papel que es como esta sala de papel en la que estamos y que adentro estaban las obras que estamos viendo ahora, están buenos me dice.

Bueno, vuelvo, bailo y salgo. Afuera leo el nombre de la muestra: en la galería de arte. En la galería, en la calle, en la plaza…

Siempre habrá belleza y felicidad alrededor de Fernanda Laguna. Te podes comprar una pintura y llevártela a tu casa. Colgarla en la pared, mirarla. Pero el arte es la experiencia. Porque, como dice Aira, los que compran una obra de arte, compran un soporte, no una obra, porque eso equivaldría a llevarse al artista, su trabajo y su vida y eso es imposible.

Volví a los días a la galería a ver los videos. Vi El piano y es mi favorito. Me pareció una de las cosas mas hermosas que vi (y también escuché) y me dio esperanza, y me hizo pensar en muchas cosas, en la belleza, en la fé y en el deseo que nos mueve, que mueve todo, que transforma. Ojalá salga y me cruce a Fernanda así la abrazo.

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