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Patricio Lanusse

Los fueros de los dioses paganos


La imagen que acompaña este texto es un fragmento de un mosaico bizantino que data del año 500 d.C. y que está ubicado en el interior de la Basílica de San Apolinar el Nuevo en la ciudad italiana de Ravena. Se trata de una escena del pasaje bíblico del Juicio Final: Cristo al centro, separa ovejas de los pecadores. Los pecadores son cabras y las almas salvadas, rebaño de ovejas. A la derecha -pastoreando a los pecadores- la primera representación del mal y del demonio de la que se tenga registro en la iconografía cristiana: un ángel efébico, hermoso y azul… una representación muy distinta a la tradicional con cola en punta de flecha, cuernos y pezuñas.

Recordemos que en el siglo quinto el cristianismo se encontraba en plena competencia contra las otras religiones paganas del resto de Europa; muy lejos de haber alcanzado aún su tan deseada hegemonía. Y fue solo siglos después -habiendo ya colonizado todos los territorios de la mano del imperio romano- que la imagen del demonio trocó de ángel azul a las representaciones que Nicanor Aráoz recoge para su muestra Placenta Escarlata.

Uno podría preguntarse si Aráoz levanta esta iconografía del cristianismo o si abreva de las mismas fuentes donde el cristianismo encontró los recursos para sus representaciones del mal: es decir los dioses paganos que la religión de Cristo destruyo a su paso.

La estrategia de guerra fue sencilla: ponerle al mal la cara de los dioses adorados por los pueblos sometidos. Pero estos dioses paganos -germánicos, egipcios y griegos- en su concepción original distaban mucho de tener una ligazón con el mal; por el contrario… sí con el placer corporal de los faunos, sátiros y efebos… o dioses protectores como Bes o Beset; protectores y amantes del goce sexual y del amor.

Que sería esto más sino información inútil…y sin embargo no lo es; porque asistimos a un momento donde poderes del centro intentan proscribir judicialmente al candidato más popular del Brasil, o matan a tiros a una concejala feminista o se le intenta adosar la ridícula etiqueta de traición a la patria a la última persona que gobernó por dos periodos consecutivos desde la casita rosada.

¿Cuál es la ligazón entre la acusación de corrupción -de la carne- y la maldad satánica? Toda mujer que no obedece sabe -aunque sea hombre- que su condición femenina siempre está en peligro de ser emparentada con el término brujería…y sabe también que esta asociación no es casual.

El poder pone sobre quienes lo desafían los rasgos característicos morales del mal; y esta es su principal estrategia en la defensa de sus vastos intereses y privilegios. Brujas, yeguas y chorras.

Putas…actrices de Eva en los cincuenta. Zorras, tridentes y demonios.

Y sin embargo en la sala violeta de Placenta Escarlata ya lo vemos a él. Delicado demonio de pie, sostenido en puntas. El cuerpo se pone perceptivo, atento y delicado; del esófago aparece la capsula de vidrio y en la mano sostiene el caballo. Parece suspendido…como falto de la pesadez de la atmosfera. La fragilidad ajena hace que el propio cuerpo cambie; tenga uno la tonicidad distinta, registre los seres que lo rodean.

Como si la muestra se anudara toda en un gesto, en la mano que sostiene el caballo…porque es el único punto nodal donde contrasta con el resto.

Ahora pienso en que me quedé sin trabajo, pienso en el ajuste y en cómo voy hacer para pagar el alquiler estos meses que vienen. Pienso en la colonia, pienso en Zama y pienso en el corralito. Ahora recuerdo la estrategia de principios de los setentas y entonces se me eriza la piel como pelo de perro: que caiga Brasil y que eso inunde todo el resto.

Parecen palabras viejas, como si el Iphone disimulara todos los flujos de la historia. Pero no es así; esas batallas siguen por debajo, pasan por detrás de las pantallas de Internet. Y no descansan.

Algunos dirán tremendista, pero como un hilo de la historia se conectan: genocidio indígena, terrorismo de Estado y políticas de ajuste. Y todas ellas rehuyen conscientemente de cualquier asociación con las representaciones báquicas. Y ahí lo vemos a Nicanor; que muestra a un Bes o una Beset…que parece flotado en pecera de agua plácida, como jardín submarino. Solo faltarían algas hipnotizándose en la corriente; espacio coral donde no existe el peligro. Y aunque no sostiene una mariposa en el parque, sostiene el caballo de mar que en pico de pala hace puchero dándonos el besito.

Hace unos meses Mariana Nanis se indignó por los precios del queso bree. Quizás haría falta ahora escuchar la voz de las taradas. ¿Por qué el queso es un lujo? ¿Por qué la calefacción será un lujo este invierno?

En otras zonas del mundo -donde se resolvieron las iconografías que todavía hoy nos gobiernan- sería casi una injuria considerar estos lujos como un elemento suntuoso.

Y entonces -en pos de alcanzarlo todo- quizás sea mejor reconocerse como hijos del demonio; porque en esos fueros sobreviven los dioses paganos que el cristianismo intento colonizar.

La muestra Placenta Escarlata de Nicanor Araoz puede verse en la galería Barro de martes a viernes de 12 a 18 hs y sábado de 15 a 19 hs.

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