Caverna Maldita
Caverna Maldita Año 437 a.C.
La historia de la filosofía occidental comienza con un sueño extraño: Sócrates está sentado pensando y un pequeño murciélago se posa en sus rodillas, luego le crecen alas y sale volando entre gritos. A pesar del aparente éxito que tenían sus aburridos diálogos de vigilia, orientados a transformar la humanidad en una especie híbrida psico-somática, algo andaba mal. Sus sueños lo atormentaban.
Guiado por el miedo, y con la ayuda de alguien con una escasa formación intelectual (Platón), se encargaría de inhibir ese inconsciente generativo para sedimentar en las profundidades del abismo las capas más densas de una realidad virulenta, que la civilización aún no estaba dispuesta a aceptar. Por las noches seguía despertándose entre chirridos espantosos.
Nace una absurda manera de diferir interminablemente cualquier cosa que no parezca racional: el método socrático, una forma de sugerir que todavía no sabemos lo que realmente sabemos. Pensar se transforma en un proceso ridículo de inflación absoluta. Las pesadillas no desaparecen. Los demonios y la poesía causan terror. Se escuchan gritos oscuros: ¡lo único que importa es lo desconocido!
Hay un último sueño escalofriante, los humanos aparecen encerrados en una caverna, encadenados a las piedras, tratando de convertir las sombras en ideas. Los murciélagos ya están ahí, percibiendo todos los movimientos, comunicándose con un complejo sistema de ecolocalización y babeando sobre sus cabezas.
Claustrofobia Trascendental
Año 1790 d.C.
Es un anochecer frío de invierno en Königsberg, las maderas de la casa crujen y las cucarachas se inquietan. Un olor a amoniaco rancio emana de las paredes, mientras Kant deambula inquieto en el estudio. Los pasillos de su laberíntico cerebro comienzan a estrecharse, sigue sin poder encontrar de donde viene el conocimiento nuevo.
Por la ventana, a través de los intersticios de la persiana rota, entra una luz tenue que ilumina una jarra de vino agrio rodeada de moscas sedientas. Sobre su escritorio hay un libro viejo, de hojas roídas y amarillentas, en el que se puede leer una poesía misteriosa que le quita el sueño:
“Despidámonos de la vida sin protestas ni lamentos, dejando tras de nosotros el mundo colmado de beneficios. Así el sol, una vez terminada su carrera cotidiana,
irradia aún suave luz en el cielo, y los últimos rayos que al aire emite,
son sus últimos suspiros por el bien del mundo”
El olor ya es insoportable, las paredes exudan orina y una montaña brillosa de excremento se acumula en el techo. Para la doctrina trascendental el olfato es un sentido contrario a la libertad y posee un rol despreciable sobre el conocimiento humano. El aire se contamina silenciosamente, la infección ya es inevitable ¿Querías conocer algo nuevo?
Limbo Paranoico
Año 1937 d.C.
Al igual que cualquier filósofo, Hitler tiene una relación extremadamente traumática con el arte. La precaria vida emocional del Führer se ve amenazada por unas simpáticas obras que logran alterar por completo sus megalómanos pensamientos. Movido por el desequilibrio característico de un dictador que todavía siente que la anarquía está permitida, da la orden de construir la Haus der Kunst.
El gran arte alemán se inmortaliza con la ilusión de una presencia eterna e incorruptible, las obras son deliberadamente aisladas y preservadas de la degeneración que articula el funcionamiento del mundo exterior. El cubo blanco —un escenario tiránico ideal para el despliegue de la filiación germánica— es el dispositivo elegido para regular el acceso controlado a esas peligrosas producciones. Nada extraño es permitido en la eternidad.
Hay algo llamativo de esta imponente construcción arquitectónica ¿Por qué un espacio consagrado a la eternidad tiene un refugio antibombas en el subsuelo? Cegado por la belleza y el misterio, Hitler no puede contener sus impulsos y esconde allí dentro un precioso grabado de Albrecht Dürer.
Día y noche, sin interrupciones, un ángel ensombrecido realiza complejas ecuaciones matemáticas para tratar de resolver el enigma del cuadrado mágico. Finalmente, encuentra un orden fuera del orden. El cubo blanco se fragmenta, la jerarquía eclesiástica se corrompe y los fantasmas logran atravesar las paredes.
5 10 11 8
9 6 7 12
4 15 14 1
Cuarentena Obligatoria
2020 d.C.
¿Qué precio estás dispuesto a pagar por probar un sabor nuevo? Hay un amplio espectro que va entre vivir una vida hipocondríaca y tomar una tentadora sopa de murciélago, pero no se puede elegir tener experiencias nuevas sin correr ningún peligro.
Hace frío, las luces led iluminan una maraña de cables de red y se escucha el sonido de ventiladores apagándose. Los murciélagos aletean y levantan el polvo de los servidores. Una luciérnaga ilumina las partículas de aire antes de ser devorada, su sabor es completamente desagradable. Un vómito amarillo cae sobre el piso. Se apagan las luces.
— Texto curatorial de la exhibición HOST en CPU. Se puede visitar acá: https://cpucpucpu.art/host/ hasta que termine la cuarentena.