Un collar con forma de estrella
Sobre "Un collar con forma de estrella" de Felipe Álvarez Parisi en Mite
I.
Ingresar a Un collar con forma de estrella es vislumbrar mundos que se asoman tímidamente. Felipe Álvarez Parisi nos deja ver las imágenes en un instante detenido, en el momento preciso en que emergieron de una grilla casi invisible, justo antes de ser absorbidas nuevamente por ella. Este burbujeo de imágenes va de la mano de la decisión de no enmarcar los lienzos, de la diversidad de tamaños de las pinturas —algunas podrían ser agarradas con dos manos y otras con solo dos dedos— y de la ubicación irregular de cada una de ellas sobre las paredes.
II.
En este tiempo suspendido logramos acceder a la vida de los objetos. Es una vida ajena a la existencia humana, ya sea en sus momentos de lucidez o de delirios, de la que no hay presencias ni huellas, solo objetos que habitan y configuran su propio mundo. Me pregunto si esos destellos de huevos estallados, de paredes que lloran, de cigarrillos que meditan o de vasos danzarines son parte de un sueño. O tal vez son un recuerdo. O una premonición. ¿Y si son un miedo que surge del silencio? No lo sé, ni lo sabremos, y poco importa tener certezas, pues los espacios que creemos conocer son inevitablemente extraños y desconocidos.
III.
¿Cuál es el sonido que acompaña a estas pinturas? Quizás un silencio ensordecedor, o el canto de los pájaros, o música clásica reproducida por un tocadiscos a la distancia. Las llamas de la cortina que se quema ante nuestros ojos sin que nada se inmute podrían estar susurrando la melodía de Don’t smoke in bed.
IV.
Si nos hemos asomado a esos mundos sin que nada en ellos cambie, ¿quién nos observa sin que lo notemos?