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  • Julieta Blanco

Momento Sputnik


La pregunta es: ¿cuál fue el primer sputnik? ¿El original? ¿En cuántos sputniks se convirtió? ¿Qué quiere decir sputnik? ¿Cómo pasó de satélite a la promesa de vacuna que nos salvaría del o la COVID-19?


Se llama “momento Sputnik” a la conmoción que causó en la investigación científica el envío del primer satélite ruso fuera del planeta Tierra.

Se dice que hoy vivimos un “momento Sputnik” porque la vacuna rusa Sputnik 5 tiene el potencial de ser la primera en salvarnos de la COVID- 19.


Además escribo porque quiero conocer la cartografía de Sputnik.

Por qué primero fue un satélite.

Cómo se convirtió en vacuna.

Buscando luz en chatarra del espacio.


Sputnik I


Lo primero que aprendo es que Sputnik es como pronunciamos la palabra rusa Спутник-1, que quiere decir satélite y a la vez compañero de viaje.

Sputnik 1 fue el primer satélite artificial enviado al espacio por la Unión Soviética el 4 de octubre de 1957. En la numerología, el uno es la unidad a partir de la cual se reproducen y replican creaciones subsiguientes o también podríamos decir que el uno es un principio creador, semilla de la que se desprenden otras posibilidades. Este inicio fue el puntapié de una carrera espacial global.


El sputnik 1, el primer compañero de viaje de la humanidad, en su travesía hacia el espacio, estaba hecho de aluminio y tenía cuatro largas y finas antenas de 2,4 a 2,9 m de longitud.

Cuando lo miro en imágenes de Internet parece una escultura conceptual y moderna, de aluminio brillante. Incluso podría ser algo decorativo. El reflejo plateado devuelve la imagen de quien lo mire, es como un espejo, como una escultura sin costuras visibles como las de Jef Koons. En estas esculturas y en el sputnik 1 un humane podría ver reflejade su figura impoluta en el acero casi espejado, una figura celestial nueva, distorsionada, el brazo hacia el espacio que faltaba para tocar el espacio infinito, un espacio que creemos frío.


Dice Carl Sagan en Cosmos: las máquinas, al igual que los organismos, también tienen su evolución. El cohete empezó en China, como la pólvora que lo impulsó primeramente, y allí se utilizó para cometidos ceremoniales y estéticos. (...) En los años cincuenta, los adelantos de ingeniería protagonizados por Sergei Korolov en la Unión Soviética y por Werner Von Braun en los Estados Unidos, utilizados como sistemas para el envío de armas de destrucción masiva, condujeron a los primeros satélites artificiales.



Sputnik II (un mes después, la ambición mató al perrito)


Un mes después, Sergei Korolov, asertivo en su experimentación, decidió crear el segundo Sputnik y subir la apuesta metiendo una perrita de raza Laika, nombre genérico que comparten varias razas de perros de caza del norte de Rusia y de la región de Siberia.

A esta raza pertenecía "Kudryavka" el nombre original de esta perra callejera de Moscú que recibió entrenamiento continuo y fue el primero intento de enviar un ser vivo al espacio (1957), sin lograrlo, pues murió por sobrecalentamiento al pasar la atmósfera.

Para esta odisea, la famosa Leika, encontrada vagando en las calles de Moscú, fue elegida de entre otros 9 perros para morir en el espacio ¿Cómo se dió esta elección? Una combinación variada de elementos la volvieron la candidata ideal: su pelo lacio que no generaba conflicto con los sensores, tenía el peso adecuado para el Sputnik, era hembra porque se creía que era “más disciplinada”, callejera porque más apta para sobrevivir a situaciones adversas.


El diseño del Sputnik II, bien distinto al símil escultura del MOMA del anterior, tenía la forma de un clásico cohete dibujado por unx niñx. Por dentro el espacio de Laika parecía un objeto comprable en una ortopédica. Como una silla con almohadón con casco transparente, dentro del que se abrían compartimentos con comida gelatinosa y bebidas. En los videos Laika se ve muy relajada, acostumbrada a su nueva cucha, dócil con la humanidad. Lo que nunca contaron fue que la nave no tenía retorno. En el mejor de los casos, Laika hubiera vivido diez días vagando por el espacio infinito pero ni siquiera sobrevivió a las primeras seis horas de vuelo por sobrecalentamiento de la nave. Todos los movimientos de su cuerpo fueron registrados, su temperatura corporal, el aumento de sus pulsaciones. Ella fue la primera de la larga lista de animales viajeros del espacio, sacrificados en su mayoría. La primera en el segundo Sputnik soviético.


En 2008, se levantó una estatua en homenaje a Laika, cerca del centro de Investigaciones Espaciales, en Moscú.


Sputnik III


El Sputnik III pasó sin pena ni gloria por la historia. Enviado un año después del II, en 1958, su misión era analizar la atmósfera superior. No fue tan mediático ni hizo nada épico. Sin embargo, algunxs dicen que fue un mini laboratorio espacial, hecho para realizar mediciones en el espacio, in situ. Esta vez el satélite pierde la elegancia del primer Sputnik y ahora parece un cacharro de abuela hecho de lata.



Sputnik IV


El Sputnik IV, se lanzó en 1960 desde Kazajistán. La ambición, digna de SpaceX, era investigar la posibilidad de vuelos espaciales tripulados. Esta vez, metieron un maniquí de un “hombre”, entre un mini laboratorio, sistemas de televisión y cabina de soporte biológico. Iban a probar la resistencia y la capacidad del Sputnik de mantenerse en vuelo sin destruir ese espacio vital.


Pienso en estas cápsulas como mini células, divisiones citoplasmáticas con el impulso de habitarlo todo. El satélite se suponía que regresaría al poco tiempo pero hubo una falla y sólo volvió dos años más tarde desintegrándose automáticamente. Por suerte, las pruebas con humanxs estaban prohibidas, y con animales vivían de un momento impopular.


Finalmente cayó en un campo de Wisconsin, en plena guerra fría. Salió de Rusia y cayó en el patio trasero de Estados Unidos, como si fuera un basural. Isn’t it ironic?



Sputnik V:. De satélite a vacuna.


Me cuesta poner en palabras esta metamorfosis que nos lleva de una serie de satélites a la investigación de la vacuna que nos liberaría del COVID-19.


Un poco parte de mi investigación necesita encontrar algunas certezas o atar los hilos que unen un invento con otro.

Como en la carrera espacial, la vacuna Sputnik sería la primera, de nuevo. Como en el mito de Uroboros, de aquello que se repite una y otra vez.


Ser primerxs ante todo. Una nueva compañera de viaje. “Es un momento como el del Sputnik” dicen los altos funcionarios rusos.

Llegar primerx. Llegar primerx.

“La sputnik alienta el optimismo”.

“Las fichas puestas en la Sputnik”.


"A partir de esta semana habilitamos la fase 3 aquí. Lo que la diferencia de las demás es que estaría primero, se supone que antes de fin de año. No nos importa si es rusa, china o de donde sea, lo que queremos es que sea lo antes posible", aseguraban en el Gobierno. Además de que, supuestamente, está más avanzada que las demás, en las fases previas la vacuna rusa se mostró efectiva contra la Covid y sin contratiempos de ningún tipo. Le juega en contra cierta opacidad en sus testeos de parte del gobierno ruso, pero fue una buena señal que se la aplicara la hija de Putin. "Todos los científicos hoy aseguran que es la más avanzada y nosotros queremos tener la que esté primero", marcaban cerca del Presidente.”


Alexander Guintsburg, creador de la vacuna asegura que “hemos engañado al virus”. Me imagino una fantasía en la que con cada dosis de Sputnik 5 nos propulsamos como satélites humanes fuera de la tierra. Después de todo, se supone que es una compañera de viaje.


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